La pequeña de nueve años, vendía en su primaria alrededor de 716 y 895 pesos mexicanos por día y entre tres mil 580 y cuatro mil 475 pesos a la semana en dulces. Al enterarse del negocio, las maestras le incautaron la mercancía.
Todo esto fue a pesar de que los padres sabían sobre este asunto, e incluso le ayudaban a la menor a que vendiera sus dulces a sus compañeros. Ellos decían que esta era una manera de que ella supiera lo que era responsabilidad.
“Hacía entre 4 mil y 5 mil pesos por día, pero lo que me molestó es que me sacaran las cosas siendo que mis padres sabían lo que yo hacía, siempre les cuento todo y quiero seguir haciendo lo mismo”, comentó la pequeña en una entrevista.
Los padres dijeron que ella solo quiere ganar trabajando y que es un buen ejemplo a seguir. El hecho fue en la localidad de Alem, a 90 kilómetros de Posadas en Argentina. La publicación de la niña generó simpatía con el emprendimiento de esta joven.
La pequeña aseguró que tiene la intención de seguir con la venta de golosinas en la puerta del colegio o en otro espacio, si es que continúan prohibiendo esa actividad dentro de la escuela primaria.