Cuando no ha pasado ni una semana desde que el Gobierno de Brasil defendiese la dictadura militar (1964-1985), el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro, ha provocado una ola de indignación tras burlarse de las torturas que sufrió la periodista Míriam Leitao durante ese régimen represivo.
En respuesta a un tuit de la columnista de Globo que afirmaba que el mandatario era «un enemigo confeso de la democracia», Eduardo, que ha mostrado en repetidas ocasiones su admiración por la dictadura, escribió en un mensaje: «Todavía con pena de la cobra».
La periodista, que militó en el partido comunista, fue detenida durante la dictadura cuando estaba embarazada y en una de la sesiones de tortura la dejaron desnuda en un cuarto oscuro con una cobra.
Políticos de diferentes ideologías mandaron durante toda la jornada mensajes de solidaridad a Leitao y el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) presentó una denuncia contra Eduardo Bolsonaro ante el Consejo de Ética de la Cámara.
«Miriam Leitao estaba embarazada cuando usaron una cobra en un cuarto oscuro para torturarla. Un hombre que se burla de esta situación es inhumano, repugnante«, comentó Sâmia Bomfim, líder del PSOL en la Cámara.
«Fortalecimiento de la democracia»
No es la primera vez que la familia Bolsonaro ataca a la periodista. El año pasado, en una entrevista, el presidente comentó que la columnista debería «trabajar mejor».
La polémica surge después de que la semana pasada el Ministerio de Defensa publicase una nota con motivo de los 58 años del golpe del 31 de marzo de 1964, cuando las Fuerzas Armadas brasileñas derrocaron al presidente João Goulart.
El comunicado aseguraba que tras el golpe, al que se refería como «movimiento», la sociedad brasileña protagonizó un «período de estabilización, seguridad, crecimiento económico y madurez política, que resultó en la restauración de la paz en el país y en el fortalecimiento de la democracia».
La Fiscalía exigió que de forma «urgente» la Justicia Federal de Brasilia solicitase que el comunicado fuese retirado del portal de la cartera de Defensa, donde todavía permanece.
Ese mismo día, en un acto de reforma ministerial de su gabinete, el presidente aprovechó también para ensalzar la dictadura.
«¿Qué sería de Brasil sin las obras del régimen militar? No sería nada. Seríamos una ‘republiquilla'», espetó.