En menos de una semana, cuando las revisiones exhaustivas de camiones de carga estuvieron vigentes en los puertos de entrada de Texas por orden del gobernador Greg Abbott, expertos aseguran que se perdieron alrededor de 100 millones de dólares en el estado.
Aunque Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) así como numerosos economistas y líderes locales calificaron las medidas del gobernador como “innecesarias”, otros aseguran que se trata de una estrategia meramente política para presionar al gobierno de Biden.
Tony Payán, director del Centro de Estudios México-Estados Unidos del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice y profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), asegura que el gobernador vio en la frontera una oportunidad política.
“El tema de la migración y las drogas es un buen pretexto para movilizar su base electoral ya que el tema de la política migratoria no ha podido ser reducido en su tamaño. Se estima que están teniendo 150 mil encuentros con migrantes por mes, que esto equivale a 1.6 millones por año. Entonces el problema no se ha reducido”, dijo Payán.
“Y digo una oportunidad política electoral porque en términos de política pública, en términos de una posible resolución del tema de las drogas, narcotráfico y llegada de migrantes a la frontera, no se va a resolver con inspección de camiones, eso no tiene absolutamente nada que ver”, añadió el experto.
Payán asegura que, incluso, Texas ha tenido durante varios años una política de designar recursos importantes.
“Designó 800 millones en el 2019 y otros 800 millones en el 2021, y posiblemente otros cientos de millones en el 2023. El Gobierno de Texas ya ha tirado cientos de millones de dólares a este problema con un efecto nulo del tema migratorio y narcotráfico”, comentó.
Payán asegura que, de tal forma, “nada hace suponer que detener el comercio legal y legítimo va a tener un efecto sustantivo e importante en la disponibilidad de drogas legalizadas y sobre la llegada de migrantes a la frontera”.
“No ha surtido efecto antes y no ha surtido efecto ahora. Entonces eso me hace suponer que esto es una estrategia meramente político-electoral”, aseveró.
Payán dice que el problema es que el gobernador Abbott “no midió” la afectación al comercio internacional.
“El gobernador no calculó las molestias y los problemas de la cadena de suministro que no nomás tienen que ver con Texas”, dijo.
“Por ejemplo, si tiene partes automovilísticas que se fabrican en Ciudad Juárez o más allá, esas partes son necesarias para el conjunto de vehículos completos en Kansas o en Michigan o en otras partes de Estados Unidos. Entonces esos suministros tienen que llegar a su destino a tiempo para que no se detenga la cadena productiva y manufacturera”, aseguró.
“Y también hay frutas y verduras que tienen fecha de caducidad y que tienen que llegar rápidamente a su destino o empiezan a estar fuera de su punto óptimo”, añadió.
Payán asegura que, entonces, es cuando el gobernador empieza a afectar a las compañías y empresas.
“Empieza a afectar a las cadenas de suministro, logística, las compañías camioneras, a las compañías de almacenes e incluso, a afectar el suministro del menudeo porque no llegan los productos. “Incluso podría llegar a tener una afectación en la inflación en el sentido en que, si no llega la fruta o la verdura, el precio y el impuesto en las tiendas sube”, dijo.
“Ahí es donde el gobernador no midió las consecuencias claras de sus acciones, pero no estaban para que fuera una política efectiva. Estaban diseñadas para ser una estrategia electoral”, explicó.
Payán asegura que lo que le dio al gobernador la oportunidad de salvar su capital político fue el hecho de que los gobernadores mexicanos de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas se sentaron a negociar.
“Los gobernadores correctamente se dirigieron a negociar la apertura de las fronteras. Son cuatro gobernadores que entienden muy bien que, para sus estados, una frontera bien administrada y gestionada es indispensable. Son estados manufactureros; el 56 por ciento de la manufactura de México se encuentra en estados fronterizos. Ellos entienden muy bien cuál puede ser el efecto de una frontera cerrada para la economía de sus estados y de Texas”, dijo.
El experto asegura que, en tan sólo tres días se perdieron 100 millones de dólares y muy posiblemente la afectación sea mayor.
“Abbott está tratando de mandar un mensaje de que si el Gobierno federal de Estados Unidos no va a ponerle un hasta aquí al Gobierno federal mexicano, Texas va a poner un alto al Gobierno mexicano, entonces estamos hablando de una estrategia multinivel”, sostuvo.
“El problema es que Abbott no está calculando bien el daño que le está haciendo a su propia economía de Texas, no sólo de los estados fronterizos de la manufactura sino también le está haciendo bastante daño al propio estado de Texas y a la economía de Texas”, finalizó.