Armando ‘Viejón’ Valdez, ex pitcher de Liga Mexicana con Tigres del México, Pericos de Puebla, Tecolotes de los Dos Laredos e Industriales de Monterrey, es el nuevo coach de pitcheo de Indios de Ciudad Juárez y se une al equipo de trabajo del manager Guillermo Armenta rumbo al Campeonato Estatal de Beisbol 2022 que iniciará el 12 de mayo.
Luego de 21 temporadas en el beisbol profesional como lanzador activo, Valdez desempeñó esta función con Tigres de Quintana Roo y Pericos de Puebla, por lo que en Indios aportará su amplia experiencia y sabiduría.
Para el coach de 57 años, originario de Hermosillo, Sonora, un elemento fundamental en su trabajo para el cumplimiento del objetivo trazado que es el título estatal, es la disciplina y la unión en el grupo, en todos sentidos.
A su llegada al equipo, Valdez externó su alegría por ser parte de Indios de Cudad Juárez. “Encantado de andar en estas tierras de Chihuahua, de Ciudad Juárez y, la verdad, con la mejor disposición, la mejor disponibilidad y, sobre todo, el compromiso que ya todos conocemos de lograr un campeonato para esta temporada”, dijo.
Valdez, un bendecido ‘Viejón’
De la nada, sin buscarlo ni desearlo, más por un capricho del destino o un regalo de Dios que por un proyecto de vida, un joven preparatoriano de 17 años llamado Armando Valdez encontró en el ‘rey de los deportes’ el gran tesoro que le marcó el rumbo a seguir, le dio un gran sentido a su existencia y, a la vez, le brindó una gran familia.
Al grito de ¿quién quiere jugar beisbol? en el Colegio de Bachilleres de su natal Hermosillo, con nulo conocimiento del deporte y sin la más mínima idea de cómo jugarlo, pues no pasó por las categorías infantiles ni juveniles, el hoy coach de pitcheo de Indios de Ciudad Juárez, se apuntó en la lista.
“No sabía lo que era un out, lo que era un jonrón, lo que era un hit, lo que era pararse arriba de la loma”, recordó.
Según él, su posición era segunda base, pero no atrapaba ni detenía ninguna rola y parecía una coladera.
Lo cambiaron a los jardines donde los elevados cortos los fildeaba hacia atrás y los profundos, hacia adelante; en fin, un desastre.
LA INOLVIDABLE PRÁCTICA DE BATEO
El oscuro panorama y el incierto futuro del imberbe y espigado pelotero de 1.92 metros en el beisbol, cambió drásticamente cuando ‘relevó’ en una práctica de bateo al extinto manager Ignacio Camacho, quien rápido se cansó de lanzar y le dijo a Valdez cómo pitchear.
“Empecé a tirar la bola como una señorita que no tenía fuerza ni nada, de globito y empujando el brazo, de una forma totalmente desordenada”, comentó.
Ante la queja de los bateadores que consideraron que la práctica así no les servía de nada, vino el regaño de Camacho, quien le enseñó los trucos y secretos del beisbol.
“Oye, ¿que tú ni para esto vas a servir?, me dijo”, mencionó.
Picado en el orgullo y herido en su amor propio, Valdez siguió al pie de la letra la orden de ‘soltar el brazo’, sacó el coraje y tiró lumbre.
“Levanté mi pie y voy soltando una ‘piedra’ que ni yo sabía. Simplemente tiré una recta que el bateador se quedó asustado”, apuntó.
Sorprendido por su velocidad y control, el timonel Camacho centró su atención sólo en él y se olvidó del resto de los jugadores.
UN DOBLE CERO QUE DESPERTÓ SUS DESEOS
Tras la grata impresión que dejó en Camacho, Valdez fue citado para abrir un juego dominical contra el mejor equipo del área de Hermosillo.
En la primera salida de su vida y sin saber siquiera que una entrada terminaba cuando se sacaban tres outs, increíblemente logró sin hit ni carrera.
“Al siguiente día, iba en el camión para la ‘prepa’ y escucho mi nombre en la radio del juego sin hit ni carrera que Armando Valdez había tirado, entonces, hasta me dieron ganas de pararme y decir: ‘soy yo’”, declaró.
Gracias a su proeza, el juvenil serpentinero empezó a ver beisbol detrás de la malla con más frecuencia.
Así se empapó y aprendió cada vez más del ‘juego de pelota’.
EL SALTO A LA NORTE DE SONORA
Hijo de un trabajador agrícola, a quien ayudaba en el campo, Valdez fue llevado a Agua Prieta a la entonces llamada Liga Norte de Sonora, donde lanzó juego de un solo imparable.
Gracias a ello, scouts norteamericanos buscaron sus servicios y le ofrecían una muy buena suma de dinero.
Ante el consejo de ir a la desaparecida Academia de Pastejé, Valdez participó en un try out junto a Francisco ‘Paco’ Chávez, ‘Chicken’ Peña y Alberto Joachim, entre otros jugadores.
CON BOTAS Y SOMBRERO, DIRECTO A PASTEJÉ
Al citado try out, el hermosillense se presentó vestido de vaquero, con botas y sombrero.
Fue el último en participar, le dieron la esférica, se quitó la ‘guaripa’, tomó un guante prestado y mostró su talento natural.
“Tiré tres cohetazos para home, así, sin calentar ni nada y me dijeron ya, ya”, rememoró.
Ganado a pulso su lugar, humildemente, con unos ‘tacos’ o zapatos para futbol muy gastados y un guante que era para un pitcher zurdo y que se cambiaba de mano, a fines de la década de los 80 emprendió su aventura en la referida Academia de Beisbol de Pastejé, en el Estado de México.
Tras 11 meses ahí, sin pasar por sucursales, fue elegido en 1988 en el draft por los Tigres del México en la Liga Mexicana y por los Algodoneros de Guasave, en el torneo invernal.
De este modo, inició un largo andar de 21 temporadas por el beisbol profesional en el que también vistió las franelas de los Tecolotes de los Dos Laredos, Industriales de Monterrey y Pericos de Puebla.
MELLIZOS Y EL BAJÓN ANÍMICO
Apodado ‘Viejón’ en el beisbol de paga, a su paso por los Industriales, Valdez fue bautizado como ‘Domador’ debido a que les tenía tomada la medida a los Sultanes de Monterrey, pues de 12 juegos, les ganó 11, resaltó.
Luego de tirar un sin hit ni carrera con los Algodoneros en la Liga Mexicana del Pacífico contra Yaquis de Ciudad Obregón, en una época en la que pertenecía en el verano a los Industriales (equipo con el que una campaña antes había ganado 18 juegos), se dio la oportunidad de ir directo a la ‘Gran Carpa’ con los Mellizos de Minnesota, pero ésta no cristalizó.
El trato incluía enfrentar en un duelo de exhibición a los Mellizos que tenían en sus filas a los outfielders Dave Winfield y Kirby Puckett (+).
Incluso, fue presentado con quienes serían sus nuevos coequiperos.
“Tenía todo para hacer una carrera en Estados Unidos”, lamentó.
Monterrey condicionó su salida hasta el final de la campaña en la Liga Mexicana pero Minnesota lo requería de inmediato, por lo que el trato no se dio.
Frustrado e impotente, Valdez, en aquel entonces de 28 años, se quedó con las ganas de jugar en Ligas Mayores, en plena madurez como lanzador.
“Me dieron pa’bajo anímicamente. Me pegó mucho porque era un momento, un sueño que todo mundo lo queremos y más a la edad que ya tenía en ese momento”, manifestó.
Valdez sabía que esa opción era única e irrepetible, en una frase, la oportunidad la ‘pintan calva’.
“Que te quiten esa oportunidad, que es una de mil, que no te den la oportunidad de tomarte la taza de café en Grandes Ligas, creo que es algo devastador para cualquier pelotero”, afirmó.
1992, UN AÑO MUY DURO
Aunado a la tristeza por el anhelo incumplido, en 1992 fue diagnosticado con diabetes.
Por ello, directivos de distintos equipos de la LMV le cerraron las puertas y lo orillaban a un retiro del beisbol.
Fue a los Saraperos de Saltillo donde le pusieron muchas trabas y lo mandaron a Puebla, equipo en el que sufrió lo mismo.
“Querían desaparecerme así, fina o políticamente, no sé cómo se le pueda llamar”, expuso.
Dispuesto a seguir con su carrera, fue a Torreón donde aceptó el sueldo de un novato y no dejó de entrenar.
En ese inter, participó en Hermosillo con un equipo de Primera Fuerza en el que ponchó a 23 bateadores y la oportunidad para seguir activo, resurgió.
Recibió una llamada del manager Derek Bryant, quien lo invitó a hacer bullpen.
Hizo el equipo con Monterrey, retomó su carrera y lanzó diez o 11 campañas más en la Liga Mexicana, hasta pasados los 40 años. “Fue la fuerza de voluntad de uno mismo”, destacó. Por las múltiples experiencias vividas en el terreno de juego y sobre el montículo así como por las amistades cosechadas dentro y fuera del diamante, Valdez se dice ante todo un agradecido y bendecido con Dios y el beisbol.
Nombre: Armando Valdez
Ápodo: ‘Viejón’
Edad: 57 años
Puesto: Coach de pitcheo de Indios de Ciudad Juárez
Experiencia previa como coach: Tigres de Quintana Roo y Pericos de Puebla
Como pelotero activo: 21 temporadas en Liga Mexicana
Jugó en Tigres del México, Industriales de Monterrey, Tecolotes de los Dos Laredos, Pericos de Puebla (dos etapas, a partir de 1995 y, del 2003 al 2007, año en el que finalizó su carrera)
Con los Pericos disputó los playoffs en 2003, la final de la Zona Norte del 2004 y las postemporadas 2006 y 2007
En la Liga Mexicana del Pacífico vistió la franela de los Algodoneros de Guasave