Es extraño que no haya habido una venganza inmediata de la gente de “El Mayo”, si su detención en Estados Unidos fue producto de una traición de “Los Chapitos”, consideró el historiador Benjamin T. Smith, al participar en un seminario organizado por el Colegio de México.
TOMADA DE ELDIARIO.MX
“Debió ser en horas… de un día a otro tal vez” Benjamin T. Smith Historiador experto en narcotráfico en México
Dijo que la captura o entrega de Ismael “El Mayo” Zambada es uno de los hechos más impactantes en la historia del narco en México; sin embargo, insistió en que nada cambia en el crimen del país, ni siquiera los nombres de quienes viven de los negocios ilícitos protegidos desde las estructuras políticas.
Smith, autor del libro “La droga: la verdadera historia del narcotráfico en México”, participó en el Seminario Violencia y Paz, organizado por el Colegio de México (Colmex), moderado por el profesor-investigador Sergio Aguayo Quezada, experto en temas de violencia, crimen organizado y sus implicaciones políticas.
El académico moderó la conversación entre el historiador de la Universidad de Warwick y el profesor del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), Carlos Pérez Ricart, autor, entre otras obras, del libro “Cien años de espías y drogas. La historia de los agentes antinarcóticos de Estados Unidos en México”.
El historiador extranjero, considerado uno de los mayores expertos sobre la evolución del narco mexicano, puso de referencia el homicidio del exrector de la Universidad de Sinaloa, Melesio Cuen, asesinado el mismo día de la detención de “El Mayo”, pues su abuelo, del mismo nombre, fue el impulsor de la producción de opio en México.
Asimismo, ejemplificó con el próximo secretario de Seguridad de la administración de Claudia Sheinbaum, Omar García Harfuch, hijo de Javier García Paniagua, exdirector de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad en los años 70 y nieto de Marcelino García Barragán, exsecretario de la Defensa Nacional, ambos con acusaciones de vínculos criminales.
“Nada cambia en el crimen de México, ni los nombres”, aseveró el profesor de la universidad británica, para enlistar también a la dinastía de los Zambada y los Guzmán, entre otros.
Expuso además que, a casi una semana de la captura o entrega de “El Mayo” Zambada en Texas, todavía no sabemos qué pasó en realidad, ni qué agencia de Estados Unidos se hizo cargo, si la DEA o el FBI, lo que resulta extraño y genera teorías de conspiración que no han podido aclararse.
En relación con lo extraño que le parece que no haya habido una venganza inmediata de la gente de “El Mayo”, si su detención en EU fue producto de una traición de “Los Chapitos”; pone por ejemplo el caso de otro narcotraficante de talla internacional.
El capo Osiel Cárdenas -en su momento jefe del Cártel del Golfo, extraditado a EU y a punto de obtener su libertad- fue usado “como soplón” para desaparecer a la organización de “Los Zetas”, por lo que es necesario esperar el papel que desde el país vecino va a jugar “El Mayo” contra su propio Cártel de Sinaloa, en caso de que no haya sido una captura, sino una entrega negociada, como también es posible.
Es muy incierto, comenta Smith, “cómo lo va a usar Estados Unidos” para una endurecida política de seguridad de la administración de Joe Biden.
A CASI UNA SEMANA, NO SABEMOS LA REALIDAD
Durante el desarrollo del encuentro en el marco del Seminario Violencia y Paz del Colmex, los tres especialistas coincidieron en que, a casi una semana de ocurrida la captura o entrega de “El Mayo”, sigue sin quedar clara la historia, sin conocerse la realidad, envuelta entre versiones de una traición, un secuestro, una rendición voluntaria e incluso una intervención ilegal de Estados Unidos en México, con altas implicaciones políticas y de seguridad.
Para Smith, las tres teorías del caso son las de una trampa que le habría puesto Joaquín Guzmán López a su padrino “El Mayo”, para hacer una inspección de territorios de operación del Cártel de Sinaloa, que acabaría en una llegada sorpresiva a Estados Unidos; una negociación de algunos hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y Zambada García con agencias norteamericanas, para entregarse y buscar penas menores a cambio de colaborar con la justicia estadounidense; y un posible secuestro de “El Mayo” planeado por Guzmán López, en el que pudieron participar incluso militares mexicanos, en algún acuerdo secreto con autoridades del país vecino.
Pero todas esas teorías, aseveró, tienen huecos y factores extraños, como el hecho de que un capo con décadas de liderazgo de uno de los cárteles más importantes a nivel global, podría caer en una trampa con un motivo tan simple de realizar una tarea de inspección aérea, que no correspondía a sus responsabilidades como jefe criminal.
Son extrañas las teorías también porque, como ha sido documentado por especialistas y periodistas que se han expecializado en la evolución del cártel, “El Mayo” y “Los Chapitos” se habían distanciado y confrontado desde hace años.
Por otra parte, la hipótesis de un secuestro de Zambada, cobra fuerza en vista de lo ocurrido con el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuen, el mismo día de la captura, pues supuestamente el exfuncionario, conocido por ser intermediario entre políticos de ese estado y líderes del cártel, participaría de un encuentro entre “El Mayo” y Guzmán López, al que no llegaron los presuntos jefes criminales; horas después de la captura en El Paso, Texas, Cuen fue asesinado cuando se dirigía a Culiacán, después de haber esperado a ambos para la reunión que nunca se realizó.
EXTRAÑO QUE, SI HUBO TRAICIÓN, NO HAYA HABIDO VENGANZA
Aguayo Quezada cuestionó a los académicos sobre la situación actual de Sinaloa y el llamado Triángulo Durado, que conforma dicha entidad junto con Chihuahua y Durango; especialmente, sobre la calma aparente que existe en la región, después de que el jueves pasado fueran detenidos en Estados Unidos Guzmán López y “El Mayo”.
Tanto Pérez Ricart como Smith coincidieron en que resulta extraño que, si hubo alguna traición o con la detención fue elevado el nivel de tensión entre “El Mayo” y “Los Chapitos”, no haya habido alguna venganza inmediata, como suele ocurrir entre los cárteles en México.
“La venganza debió ser en horas… de un día a otro tal vez”, dijo Smith, quien insistió en que la historia todavía está incompleta, al grado de que no sabemos si la captura o rendición fue del FBI (Buró Federal de Investigaciones) o de la DEA (Agencia Antidrogas); o incluso si participó de alguna forma el Ejército mexicano, pues en una de las teorías fueron presuntos militares los que subieron en el avión a “El Mayo” a la fuerza.
Es conocido, dijo, que militares mexicanos trabajan o han colaborado para la CIA (Central de Inteligencia de Estados Unidos), por lo que casi cualquier versión puede ser real, como puede ser falsa, y no ha sido debidamente clarificada por las autoridades del país vecino.
Incluso, consideró, de tanta confusión surgen versiones de conspiraciones, como que grupos de la DEA o el FBI hayan actuado de forma independiente de las máximas autoridades políticas de Estados Unidos, para forzar desde ahora una política de seguridad más dura, en el término de la gestión de Joe Biden y el comienzo de la siguiente, que puede ser con Kamala Harris o Donald Trump; ello, señaló, sería un problema para EU, porque implicaría una intervención ilegal en México, que obviamente sería difícil de reconocer.
Dicha posibilidad de una conspiración fuera del alto nivel político estadounidense tiene sentido, debido a que además de la epidemia del fentanilo, una preocupación mayor que las drogas para el país vecino es la gestión de la migración y los problemas que le representa a su frontera.
La realidad podrá verse, consideró, en la forma en que “El Mayo” y Guzmán López sean usados por la justicia de EU, es decir si, como soplones, ayudan a desmantelar al Cártel de Sinaloa desde sus cimientos como en su momento lo hizo Osiel Cárdenas (que será liberado en el mes de agosto por la justicia estadounidense), con el Cártel del Golfo y “Los Zetas”, que fueron cayendo durante varios años hasta no quedar del grupo de sangrientos sicarios más que algunos vestigios.
Aunque, claro, señaló que son estructuras diferentes las de Sinaloa y las del Golfo, pues la primera tiene características de arraigo mayor en vínculos familiares y culturales.
…PERO NADA CAMBIA
Independientemente de la captura trascendental de “El Mayo” y uno de los hijos de Guzmán Loera, para Smith el narco mexicano ha mostrado una evolución histórica en la que este tipo de factores, como detenciones, entregas, rendiciones y extradiciones, poco o nada cambian el negocio ilícito de las drogas, la violencia y todo lo que conlleva.
Nada cambia, dijo, y la evidencia está en los ancestros de Héctor Melesio Cuen, identificados como los más importante precursores del opio en México; el exrector y recién electo diputado federal seguía siendo un vínculo entre el crimen y la política, como desde tiempos ancestrales.
También hizo la referencia al próximo jefe de la seguridad en México y a comentarios o versiones de que podría ser “el nuevo García Luna”, en alusión al exsecretario del ramo en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), hoy detenido en Estados Unidos por cargos de narcotráfico.
Pero más allá de la desconfianza que puede generar el nombre de García Harfuch como próximo secretario de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum, es más evidente que nada cambia en el país en materia de crimen organizado, por ser el hijo y nieto de políticos encumbrados que en su momento (décadas de los 60 y 70) también fueron vinculados a posibles actividades delictivas “reguladas” o “autorizadas” desde los más altos niveles del gobierno mexicano.
“Ni los nombres cambian”, insistió Smith en su participación en el seminario organizado por el Colmex con la presencia virtual de los participantes.
“Cómo lo va a usar Estados Unidos”, para una endurecida política de seguridad de la administración de Joe Biden», comenta Smith