El ministro de Finanzas de Austria, Magnus Brunner, declaró que su país no puede unirse a la prohibición de la importación de gas ruso debido a la importancia que tiene para su economía.
«Si una sanción te golpea más que al [país que era] objetivo de la sanción, creo que no tiene mucho sentido», afirmó durante una entrevista con la CNN. Detalló que las sanciones que afecten más a la economía austriaca que a la rusa no resultarán muy eficaces.
La semana pasada, el canciller austriaco, Karl Nehammer, afirmó que es imposible en estos momentos rechazar las importaciones de gas ruso, y que la Unión Europea debe centrarse en sanciones que perjudiquen más a Rusia que al bloque.
«El tema del gas es aparte, ya saben. No es solamente la postura de Austria, sino también de Alemania, Hungría y Bulgaria, por ejemplo, porque dependemos del gas. Nuestras industrias dependen del gas», subrayó.
En abril, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que pide a la Unión Europea imponer «un embargo total inmediato a las importaciones rusas de petróleo, carbón, combustible nuclear y gas», según un comunicado del organismo. La propuesta, de carácter no vinculante, plantea además establecer un plan para garantizar la seguridad del suministro energético de la UE y una estrategia para «revertir las sanciones en caso de que Rusia tome medidas para restaurar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania» y retire por completo sus tropas de allí.
Alrededor de 40% del total del gas que importa la Unión Europea proviene de Rusia, siendo Alemania el mayor consumidor del hidrocarburo ruso.