Los toreros, por lo general, van y vienen, es decir, más tardan en retirarse de lo ruedos que en regresar, con sus respectivas excepciones; es el cao del torero de Chiva, que se puso en reposo por un breve período de tiempo, de pronto, anunció su ahora sí, definitiva retirada de los ruedos del mundo taurino, la cuál inició en su propio país, donde ha sido despedido con todos los honores que merece un Maestro de la tauromaquia.
Manolo de la Laguna
Al decir del propio Enrique Ponce, su despedida final será en México, donde se le aclamó en tardes de gloria y se le repudió en tardes de mala suerte, porque así es el toreo, triunfo y fracaso-fracaso y triunfo, aunque en el caso de Ponce, fueron más los grandes triunfos, en ambos lados del charco, esperamos la llegada de Ponce y que se despida a lo grande, no sólo en la hermosa provincia mexicana, sino que en la plaza más grande y cómoda del mundo, la plaza México, sea su última corrida.
Lo anterior como un primer capotazo y que el segundo sea, el recuerdo de la tarde del 13 de abril del 2016, en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, donde, después de muchos años, se volvió a indultar un toro, ante el delirio de la afición sevillana y grandes titulares de la prensa especializada de aquellos lares.
El torero que logró tal faena, fue el sevillano Manuel Escribano y el toro se llamó «Cobradiezmos», siendo de la ganadería de Victorino Martín, toro que después de haber sido indultado y curado por los veterinarios, regresó a padrear al campo con su séquito de vacas bravas, donde duro algunos años, dándose la vida de gran Sultán.
Lamentablemente hace unos días, en el mismo campo, en una brutal pelea fraterna entre toros, «Cobradiezmos» fue corneado mortalmente y falleció a causa de, ante el doloroso mugido de sus vacas bravas, que jamás lo volverán y a ver y a sentir, aunque el recuerdo de este bravo y noble toro, ha quedado escrito en la historia de la tauromaquia hispana.
Cuándo volverá a indultarse otro toro bravo en La Real Maestranza de Caballería de Sevilla, no lo sabemos, pero sí pasarán muchos años para que tal hazaña se vuelva a repetir en esta gitana y andaluza plaza, que da el caché a los toreros buenos como Manuel Escribano. Manolo tenía qué ser. Vale.