Acá, en la ribera sur del rio Bravo, el pasado viernes, en la plaza de toros «Alberto Balderas», se dio una corrida nocturna que se le llamó: Corrida de las Luces, saliendo la afición fronteriza, de dicho festejo, contenta y toreando, por qué, porque el hispano Antonio Barrera, indultó el primer toro de la noche, de la ganadería de Xajay, que tuvo por nombre «Aldeberán», la estrella más luminosa de la constelación de Tauro; porque Diego Silveti, cortó dos orejas y porque Isaac Fonseca, cortó una.
Manolo de la Laguna
Ya el sábado, en la monumental plaza de toros México. con una buena entrada, hubo otra corrida llamada también de Las Luces y se paseó a la virgen del Rosario, ante el encendido de miles de velas y aparatos telefónicos y aquí la gente no salió toreando, pero sí se divirtió y cundo menos alimentaron el espítiu con la oración, porque no solamente de pan vive el hombre.
Los toreros fueron el español Fernando Robleño, de gris y oro, quien después de 5 lustros 5 de haber tomado la alternativa, vino a confirmarla en el embudo de Los Insurgentes, no habiendo tenido surte en su lote; el padrino de la ceremonia fue Arturo Saldivar, vestido de lila y oro, a quien le tocó el mejor lote de la noche, logró ganar las orejas con la muleta, pero no las pudo cortar con la espada y sus dos toros, se fueron al destazadero con las peludas en su lugar; cerró la terna el testigo Diego Sánchez, que pechó con el peor lote y al no haber libre, no hubo caldo.
Así fueron, a groso modo, estas dos noches vestidas de luces.
Como remate gracioso, para el mal de ojos, ¿cómo se dice espejo en chino?: Ay Toy. Vale.