Los resultados del chequeo descartaron que fuera cáncer, y la residente de Adelaida fue a una ginecóloga que le practicó otro escaneo, esta vez quirúrgico, una laparoscopía, para ver dónde radicaba el problema. Resultó que tenía cinco órganos extra: en total, vivió todo ese tiempo con dos úteros, cuatro ovarios, dos cuellos uterinos y tres riñones.
Fue entonces cuando se percató de que había experimentado la menopausia de manera temprana, a sus 30, algo que no esperaba. Los médicos le quitaron un útero y dos ovarios, haciendo que los dos cuellos uterinos se convirtieran en uno. También encontraron endometriosis en partes del útero, en gran medida, la responsable del dolor que había sentido.
«La moraleja de la historia es que no siempre se puede confiar en un escaneo», concluyó Mel, lamentando el tiempo que tardó en descubrir lo que le pasaba. «Así que fui a la ginecóloga, miró mis escaneos y pensó lo mismo: que parecía un tumor. Descubrí que tenía dos úteros, cuatro ovarios y dos cuellos uterinos, es decir, básicamente dos vaginas», resumió.
«También tengo tres riñones, así que supongo que podría haber sido una gemela, y, de algún modo, la absorbí», sostuvo.