Un manjar nacido en el desierto. En 2021, la británico-egipcia afincada en Dubái Sarah Hamouda, sufrió uno de esos embarazos complicados con su segunda hija. Complicados no por problemas médicos, sino los antojos que tenía, que obligaban a su marido a recorrerse todas las tiendas de dulces de Dubai hasta encontrar la combinación de sabores y texturas que se le antojaban a su embaraza pareja. Tal era la insatisfacción por no encontrar un producto que saciara sus antojos, que decidió crearlo ella misma, tal y como la propia Hamouda confiesa en el perfil de TikTiok de FIX Dessert Chocolatier, la empresa que fundó para hacerlo realidad.
En 2022, Hamouda comenzó a fabricar sus propias barras de chocolate mezclando los sabores que le recordaban a su infancia. Siendo Dubai, el pistacho era un ingrediente principal en sus recetas. «Quería que la experiencia FIX fuera diferente. Quería que la gente, desde el primer bocado, reviviera momentos de su pasado», aseguraba la empresaria en una entrevista a Arabian Business.
De negocio local a tendencia viral. A finales de 2023, Fix Dessert Chocolatier solo tenía dos empleados y su modelo de negocio era subsistir a base del boca a boca y cuidar el producto. Un buen día, la influencer gastronómica Maria Vehera, apareció en uno de sus vídeos probando una barra de chocolate rellena de crema de pistacho con trocitos crujientes del fruto seco que presentó como: Chocolate de Dubái de FIX Dessert Chocolatier.
El vídeo en la actualidad tiene más de 103 millones de reproducciones, el pequeño negocio local de Sarah Hamouda ahora da empleo a 20 empleados y el chocolate de Dubai se ha convertido en el nuevo placer prohibido a nivel global. «Todavía me parece un sueño, a veces me pellizco”, confiesa Hamouda en su entrevista.
Producto local a precio de oro. Fix Dessert Chocolatier no deja de ser un pequeño negocio local, por lo que el producto original solo está disponible en Dubái y en cantidades limitadas, lo que ha hecho que hayan surgido imitadores por todo el mundo e incluso muchos influencers de cocina enseñan a prepararlo en casa.
El marketing de la escasez ha hecho su trabajo juntando la escasez de cacao que acucia al mercado global, con la de las deliciosas barras de chocolate rellenas de pistacho. Eso ha convertido a este capricho viral en un lujo que se vende a precios de entre 120 y 300 euros el kilo. Eso significa que una sola barra de este chocolate de apenas 100 gramos puede costar hasta 30 euros. Si está elaborada en un comercio local artesano, incluso más.
Explosión de imitadores por todo el mundo. Según publicaba Fortune, Abu Khaled Sweets, una confitería berlinesa regentada por Ali Fakhro, es uno de estos pequeños negocios que han visto una oportunidad en la viralidad del Chocolate de Dubái creado por Hamouda, y elaboran sus propias barritas de esta delicia árabe. Según contaba Fakhro, tuvo que experimentar «varias veces y con diferentes recetas hasta dar con el ingrediente adecuado para conseguir la cremosidad y el toque crujiente al relleno de pistacho». LA clave la encontró en el kanafeh, un postre tradicional árabe en el que se emplea knafe, una especie de cabello de ángel con el que se obtiene la consistencia deseada.
La popularidad del producto ha sido tal que incluso el chocolatero suizo Lindt ha lanzado su propia versión del chocolate de Dubái. Una barra de 150 gramos de esta variante costará unos 16 euros. En su presentación exclusiva en Alemania con solo 1.000 barras numeradas. Los clientes hicieron cola durante horas en el frío para conseguir una barra de este chocolate.
Contrabando de chocolate. La alta demanda y la escasez de estas barras de chocolate ha creado un «mercado negro» de este chocolate, que ya entra como contrabando por algunas fronteras. Según publicaba Fortune, un hombre de 31 años fue detenido en la aduana cuando intentaba pasar de contrabando 45 kilogramos de este dulce de Suiza a Alemania.
El mismo medio indicaba que algunos de los clientes que habían esperado durante horas a que se pusiera a la venta la versión creada por Lindt, tenían la intención de revenderlo para conseguir algo de dinero fácil. «Nunca pagaría tanto por esto. Es dinero fácil y rápido. Esta barra cuesta 15 euros, pero se puede vender por casi 100 euros… Hay muchas ofertas en eBay, hasta 300 euros», aseguraba uno de los clientes esperando a comprar su barra de chocolate.
La versión low-cost (bien jugado, Mercadona). La locura viral del chocolate de Dubái también ha llegado a España. Algunos negocios especializados en repostería árabe han creado sus propias versiones del dulce, pero las grandes superficies no han querido perder la ocasión de subirse a esa ola viral para crear sus versiones «lowcost».
En pocas semanas, TikTok se ha llenado de vídeos de personas probando lo que denominan «Chocolate de Dubái de Mercadona». El truco es que no es más que un turrón de chocolate relleno de pistacho. Como diría mi compañero Matías, «de esta no te salva ni el Ozempic«.