Familias en situación de movilidad pernoctan en las márgenes del río Bravo, bajo la vigilancia de elementos de la Guardia Nacional y personal del Instituto Nacional de Migración.
Los extranjeros se encuentran ahí reunidos en espera de una oportunidad para cruzar a Estados Unidos y son observados del otro lado de la frontera por agentes de la Guardia Nacional de Texas.
Por lo pronto se protegen del frío con cobijas y han encendido algunas fogatas.