Durante la contingencia por Covid-19 el alcohol ganó terreno entre niños y adolescentes.
De un 8 por ciento de menores atendidos por alcoholismo en Centros de Integración Juvenil (CIJ) en México a principios de 2020, la cifra se disparó a un 25 por ciento en 2021.
En contraparte, la mariguana, que se había mantenido constante como motivo de consulta, bajó de un 53 por ciento a un 32 por ciento en ese mismo periodo y en el mismo grupo de edad. Aun así, esta droga conserva el liderato. En menor cantidad, el uso del tabaco también aumentó.
“La deducción que hacemos es que alcohol y tabaco están disponibles en el hogar”, señaló Juanita Sosa, directora de la Unidad de Hospitalización de CIJ en Nuevo León.
“La pregunta es si los adultos se dieron cuenta o no de que esos muchachos estaban tomando alcohol en casa”.
Los CIJ reciben, en promedio, peticiones de ayuda de unos 7 mil 648 menores de edad al año en unas 120 clínicas en todo el país.
De trago en trago llegan los problemas
Una, dos, tres copas a la semana, ¿son pocas, muchas?
¿Cuándo se pasa del consumo moderado al excesivo o a la adicción?
Quizá la respuesta sea, aunque a muchos no les guste, la más natural: puede haber un consumo de alcohol responsable, más nunca saludable.
Omar Kawas, psiquiatra e integrante del Consejo de Atención en Contra de las Adicciones de Monterrey, dice que lo que se debe tomar en cuenta para determinar cuándo se cruza la línea son las afectaciones a la conducta.
“(Es excesivo) cuando tu consumo hace que tu conducta habitual cambie y te meta en cualquier tipo de problema social, laboral, familiar o de autocuidado, y legal, por supuesto.
“O cuando dices: ‘Yo no consumo mucho’, pero en realidad no puedo dejar de consumir, si la persona no puede evitar decir que no, o si no lo tiene a la mano en ese momento y se pone ansioso”.
De hecho, para causar daños en hígado, además de influir en un aumento de peso, diabetes, colesterol y triglicéridos altos, e hipertensión, no es necesaria la intoxicación por alcohol.
El consumo constante y prolongado también puede generar complicaciones, advierte el cardiólogo Luis Eduardo González.
“En algún momento se llegó a decir: ‘Una copa de vino al día es buena para el corazón’. Hoy sabemos que no”, afirma.
“A partir de 14 gramos de alcohol al día estás superando tu sistema para procesar alcohol. Entonces, ¿una cerveza al día es recomendable? No”.
En 2021 un estudio indicó que el consumo de 14 gramos de alcohol constante, lo que equivale a un caballito de tequila, media copa de vino o una cerveza, incrementa el ritmo de fibrilación auricular nocturna, arritmia que puede provocar coágulos de sangre en el corazón.
Estos coágulos aumentan el riesgo de accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones relacionadas con el corazón.
“Y de repente tenemos pacientes de 50 años, que tienen una embolia del cerebro y no saben cuál es la causa, los analizamos y están haciendo fibrilación auricular por consumo de alcohol”.
Consecuencias
De acuerdo con reportes de los Centros de Integración Juvenil en México, el consumo de alcohol en el país comienza entre los 10 y 19 años y va en incremento.
El cardiólogo Luis Eduardo González dice que es preocupante que el consumo de alcohol y otras drogas comience desde la edad joven, pues las consecuencias se verán en algunos años.
Señala que actualmente este consumo se da ya no para socializar, sino para calmarse.
“Hay un estrés social aplastante, nuestros jóvenes en edades para ir a la universidad se sienten muy solos, muchos buscan el alcohol, ni siquiera para convivir, sino para estar tranquilos en casa”.
El efecto de ese consumo desencadena otros problemas más allá del organismo.
“El alcohol es el causante del 40 por ciento de las muertes de accidentes automovilísticos”, indica.
“Generalmente los choques que no involucran consumo de alcohol suelen ser de baja energía, por alcance, cruces de carriles, golpes, pero la intoxicación por alcohol, que los relaja y tranquiliza, los lleva a conductas imprudentes como manejar alcoholizados y tener traumatismos de alta energía”.
Agrega también como consecuencias las relaciones sexuales sin protección.