La inflación se volvió a acelerar en abril y se ubicó en 7.68 por ciento anual, su mayor nivel desde enero de 2001 y los analistas avizoran que las presiones sobre los precios se mantendrán por lo menos en los siguientes seis meses e incluso hasta principios del próximo año, por lo que prevén que el índice anual seguirá por encima del 7.0 por ciento.
Destacaron que entre los factores que mantendrán a la inflación en niveles elevados están el aumento en los precios de las materias primas, la reapertura económica y la persistencia en los problemas de suministros.
Por el contrario, los factores a compensar la mayor parte de las presiones alcistas serán el aumento de los subsidios gubernamentales, el paquete anunciado recientemente para ayudar a reducir la inflación, la demanda interna y las condiciones monetarias más restrictivas.
Ricardo Aguilar Abe, economista en jefe del Grupo Financiero Invex, estimó que la inflación se mantendrá por arriba de 7.4 por ciento para los próximos seis meses y a partir de este punto comenzará su descenso y llegará hasta los 6.85 por ciento para el cierre de año.
Destacó que hay dos efectos que impulsarán la inflación, “la principal preocupación es la guerra entre Rusia y Ucrania que está incrementando los precios de las materias primas, sobre todo en petróleo y metales; y dos, las disrupciones en las cadenas de suministro que puede seguir generando el Covid-19 en China”.
“Creemos que la inflación podría llegar a su máximo nivel entre mayo y junio ubicándose en un rango de 7.9 y 8 por ciento anual. Sin embargo, consideramos que el índice podría cerrar el año en 7.25 por ciento, por lo que sería hasta los primeros meses del 2023 cuando baje del 7 por ciento”, consideró Diego Sánchez, analista sénior en Masari.
“Creemos que la inflación se mantendrá por encima de 7.50 por ciento en los próximos meses y será hasta finales del último trimestre del año, cuando se comience a desacelerar el índice”, apuntó Jacobo Rodríguez, director de análisis de Black Wallstreet Capital.
Agregó que el principal problema es que en la actualidad los choques son en la parte del índice subyacente y sobre todo las mercancías, por lo que es más difícil una desaceleración en el corto plazo, y sobre todo porque hay poco control de la inflación, y si bien recientemente se anunció un plan antiinflacionario del gobierno, consideró que los efectos serán limitados.
“Es probable que la inflación aumente aún más y luego se mantenga cerca del 8 por ciento anual durante el segundo trimestre antes de comenzar a caer gradualmente a finales de este año”, dijo Nikhil Sanghani, economista de mercados emergentes de Capital Economics.
Señaló que si bien se espera una moderación en los precios de los alimentos y energéticos, ante el plan del gobierno, los índices en estas categorías también se verán beneficiados de un efecto en la base de comparación. Indicó que la actual escasez de suministro de bienes y el impacto de la reapertura de la economía mexicana mantendrán la presión alcista sobre los precios en general en los próximos meses.