A tres días de haber asumido, se reforzaron los reclamos para que renuncie Hernán Condori, el ministro de Salud de Perú que entró al relevo en medio de la permanente crisis política que enfrenta el presidente Pedro Castillo, quien casi siete meses de haber asumido no logra mantener en funciones a un equipo de trabajo.
El martes pasado, y de manera inédita, Castillo cambió al gabinete por cuarta ocasión desde que recibió la banda presidencial el pasado 28 de julio. Pero de inmediato estallaron los cuestionamientos por parte de la oposición mediática y partidaria que anticipó que tampoco validará a los nuevos funcionarios, en particular a Condori.
La presión contra Castillo es efectiva porque la legislación peruana establece que cada gabinete nombrado por el presidente de turno debe obtener el voto de confianza del Parlamento, en caso contrario, no puede asumir.
La amenaza se ha cernido sobre Castillo desde que juró como presidente, pero la oposición no ha logrado sacarlo de la presidencia. En cambio, sí ha conseguido que ninguno de los gabinetes designados haya permanecido.
A ello se suma la debilidad institucional que enfrentan los mandatarios del país sudamericano debido a la posibilidad de que los bloques opositores en el Congreso impulsen el «pedido de vacancia», es decir, el juicio político para destitución.
La amenaza se ha cernido sobre Castillo desde que juró como presidente, pero la oposición no ha logrado sacarlo de la presidencia. En cambio, sí ha conseguido que ninguno de los gabinetes designados haya permanecido.
En el caso de Condori, en cuanto juró como ministro de Salud comenzó a ser impugnado no solo por presuntos hechos de corrupción, sino porque durante la pandemia promovió «terapias alternativas» contra el coronavirus que contradicen el perfil respetuoso de la evidencia científica que requiere su cargo.
Críticas
«Condori ha defendido el uso de la ivermectina, que ya quedó en desuso, y ha sido cercano a los grupos antivacuna de Perú Libre (el partido oficialista)», denunció el exministro de Salud Óscar Ugarte, al alertar sobre el riesgo de que el nuevo ministro paralice la campaña de vacunación.
«Puede ser un retroceso, cuando lo que necesita el ministerio es una continuidad importante en la adquisición de las vacunas y en la estrategia de la aplicación», agregó.
En el mismo sentido se pronunciaron la Defensoría del Pueblo y el Colegio de Médicos, organismos que denunciaron que Condori carece del perfil que exige este puesto.
«Las evidencias mostradas son demasiado severas, esperemos que el presidente tome nota inmediatamente porque no podemos aceptar a una persona sin las condiciones mínimas para dirigir un tema tan serio como es la tercera ola de la pandemia», dijo Raúl Urquiza, decano del Colegio de Médicos.
El especialista agregó que «es una irresponsabilidad poner a una persona sin las competencias, acá lo que tiene que ver es la salud, que tengan experiencia y puedan manejar el sector, es increíble que en plena tercera ola tengamos que cambiar autoridades, esto va a afectar la salud del pueblo».
El jefe de gabinete, Aníbal Torres, reveló que el presidente está estudiando las denuncias, por lo que se prevé que la salida de Condori es inminente.
Además del debate por sus controvertidos posicionamientos ante la pandemia, la Fiscalía Anticorrupción de La Merced ya abrió una investigación contra el nuevo ministro por delitos de cobros indebidos y negociación ilícita en los que presuntamente habría incurrido. Este viernes se sumaron acusaciones de que ejerció como obstetra sin tener el título correspondiente.
Y Castillo ya tomó nota. El jefe de gabinete, Aníbal Torres, reveló que el presidente está estudiando las denuncias, por lo que se prevé que la salida de Condori es inminente.
Más polémicas
El miércoles, después de jurar en su nuevo cargo, el primer ministro les pidió a los integrantes del gabinete un certificado que demuestre que no tienen antecedentes de violencia de género.
Así lo reveló Torres en su primera conferencia de prensa, en la que fue evidente que, al igual que sus antecesores, este grupo de funcionarios pende de un hilo.
La solicitud intenta paliar el escándalo que estalló la semana pasada cuando, en su tercer cambio de gabinete, Castillo designó como jefe de ministros a Héctor Valer, quien duró menos de un día formalmente en el cargo. El presidente anunció su nombramiento el viernes, pero el sábado tuvo que renunciar acosado por añejas denuncias de violencia de género que incluyen sentencias judiciales que fueron retomadas por la prensa.
El caso más grave se refiere a las agresiones que propinó a su fallecida esposa, Ana María Montoya, y a su hija Catherine Valer y que fueron denunciadas ante la justicia en 2017. Ante la evidencia de «maltrato corporal», el fallo judicial sólo dictó medidas de protección en contra de Montoya.
La hija, en tanto, no ameritó resguardo alguno a pesar de que denunció haber recibido cachetadas, puñetazos y jalones de cabello.
El escándalo, sin embargo, sirvió para que Valer renunciara y para que se debatiera sobre la violencia de género, que es endémica en el país sudamericano. Para Castillo, en tanto, representó una nueva oportunidad de cambiar a un gabinete que no logra obtener consenso político, parlamentario, mediático ni social.