Aunque los precios de los energéticos se han mantenido controlados gracias a los estímulos fiscales implementados en México, con los alimentos no se ha tenido el mismo éxito. Comer es lo que más caro se ha hecho para las familias.
Para pagar una cesta mínima de comida y bebidas en las grandes ciudades se necesitan 1,982.45 pesos mensuales por persona. En las regiones rurales son necesarios 1,523.90 pesos, de acuerdo con cifras elaboradas por el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) a través de las líneas de pobreza y pobreza mínima por ingresos.
Entonces, un hogar en la ciudad de Mérida, Yucatán en donde viven cinco personas se necesitarían poco más de 9,600 pesos cada mes sólo para cubrir las necesidades alimentarias. La misma familia en la comunidad rural de Chucándiro, Michoacán, requeriría alrededor de 7,600 pesos mensuales.
Durante mayo del 2022, la canasta básica alimentaria en zonas urbanas se encareció 11.4% en comparación interanual, mientras que en regiones rurales el encarecimiento fue de 11.9 por ciento.
Esto refleja dos hechos importantes: por un lado, las familias rurales y más pobres son las que enfrentan encarecimientos más pronunciados y por otro lado, se observó apenas un ligero freno respecto de las tasas de crecimiento del mes previo, que estuvieron en un rango de 12 por ciento.
A un mes de que se anunció la operación del Pacic (Paquete Contra la Inflación y la Carestía), la estrategia impulsada por el gobierno federal para contener el incremento en los precios, todavía no se observa un impacto importante en los niveles de inflación, especialmente en el rubro de los alimentos y productos agropecuarios.
La tendencia inflacionaria en México y en el mundo continúa presionando el poder adquisitivo en los hogares. Los productos y servicios que registran las tasas más altas de inflación son justamente los que más incidencia tienen en el INPC (Índice Nacional de Precios al Consumidor).
En el país las frutas, las verduras, los alimentos procesados, la comida preparada en establecimientos, las bebidas no alcohólicas, los lácteos y las carnes de animal se anotan entre los genéricos con los mayores aumentos en el nivel de precios.
Y pese a los esfuerzos realizados desde la política pública, la alianza con la iniciativa privada, el incremento en la producción y reducción de costos, los analistas y expertos proyectan que la inflación sea uno de los obstáculos en el desarrollo económico, por lo menos, hasta fines del 2023.