En una entrevista radiofónica, el sacerdote Javier “El Pato” Ávila aseguró que miembros de la comunidad solicitaron al agresor que no se llevara los cuerpos de los sacerdotes jesuitas y del civil asesinados en el poblado Cerocahui, en el municipio de Urique.
Según indicó, el agresor iba detrás de una persona para quitarle la vida y los sacerdotes salieron para ver que sucedía, cuando fue asesinada la persona e inmediatamente uno de los sacerdotes se acercó a prestarle auxilios espirituales y también fue agredido.
Otro de los sacerdotes se acercó al agresor, a quien le pidió calmarse pero también le disparó y lo dejó sin vida.
Testigos pidieron que no se llevaran los cuerpos, sin embargo, hicieron caso omiso y los subieron a una camioneta para irse del lugar.