Con una misa de cuerpo presente encabezada por el arzobispo de Chihuahua, Constancio Mirando Weckmann, despidieron este sábado a los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, mejor conocidos en la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique, como los padres “Gallo” y “Morita”.
El padre “Gallo” y el padre “Morita” resistieron junto a las comunidades indígenas de la Sierra de Chihuahua en contra del abandono institucional y el narcotráfico, y fueron reconocidos por su amplia trayectoria en búsqueda de la equidad y justicia social.
En su mensaje, el sacerdote Javier “Pato” Ávila reconoció el trabajo que los sacerdotes jesuitas realizaron en las comunidades de la Sierra Tarahumara y llamó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a replantear la estrategia de seguridad pública.