El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva para proteger el acceso al aborto y acallar las críticas de miembros de su partido que le acusan de no haber reaccionado con la urgencia necesaria al fallo del Tribunal Supremo contra ese derecho.
Las medidas de Biden tienen un alcance limitado debido a que la única forma de garantizar el derecho al aborto en EE.UU. es con la aprobación de una ley en el Congreso, algo nada fácil debido a que haría falta el apoyo de diez senadores de la oposición republicana.
Por eso, el mandatario urgió a los estadounidenses, especialmente a las mujeres, a que voten en las elecciones de noviembre para cambiar la composición del Congreso.
“Ustedes, las mujeres pueden determinar cuál es el resultado de este tema. No creo que el Tribunal o los republicanos, que durante décadas han avanzado esta agenda extrema, tenga idea alguna sobre el poder de las mujeres estadounidenses”, manifestó Biden.
Visiblemente enfadado, el mandatario aludió a la historia de una niña de 10 años en Ohio que se quedó embarazada tras sufrir una violación y tuvo que viajar a Indiana para recibir atención médica porque su estado prohíbe el aborto después de seis semanas.
“¿Debería una niña de 10 años ser forzada a dar a luz al hijo de un violador?”, preguntó Biden, quien culpó a la “agenda extrema” de los republicanos de la situación de la pequeña.
En concreto, la orden ejecutiva de Biden da poder a los departamentos de Salud y de Justicia para proteger el acceso a las píldoras anticonceptivas y permitir que las mujeres puedan cruzar los límites entre estados para acceder al aborto en un territorio donde sí es legal.
Biden anunció esas medidas dos semanas después de que el Tribunal Supremo revocara el fallo de 1973, conocido como “Roe contra Wade” y que protegía el derecho al aborto a nivel federal, de manera que ahora cada uno de los 50 estados del país tiene la potestad de fijar sus propias normas.
El mandatario ha recibido numerosas críticas desde su propio partido, que considera que no ha tratado la revocación del derecho al aborto con la importancia que merece.
Las medidas anunciadas este viernes no van lo lejos que querían los miembros más progresistas del Partido Demócrata, como la senadora Elizabeth Warren, que ha instado repetidamente a Biden a que use las instalaciones federales sobre las que tiene potestad el Gobierno en diferentes estados -incluidos aquellos que ya prohíben el aborto- para ayudar a las mujeres que necesitan esa atención médica.