La NASA publicó este viernes una serie de imágenes satelitales que evidencian una caída histórica de los niveles de agua en el lago Mead a causa de la sequía que afecta a la región, siguiendo la tendencia de los últimos 22 años. El depósito se encuentra entre los estados de Nevada y Arizona y es considerado el mayor embalse artificial de EE.UU.
Las fotos fueron tomadas entre el 6 de julio de 2000 y el 3 julio de 2022. Las instantáneas de los dos últimos años pusieron al descubierto “franjas de color claro” a lo largo de las orillas, fenómeno conocido como “anillo de bañera”. Desde la agencia espacial estadounidense explicaron que dichas zonas se mineralizaron cuando el nivel de agua estaba más alto.
Actualmente el lago está en sus niveles más bajos desde abril de 1937, cuando se llenó de agua por primera vez. Para este 18 de julio, el reservorio estaba lleno solo al 27 % de su capacidad total.
Mientras, el nivel de agua se situó en unos 317 metros este 21 de julio, según los datos oficiales. La profundidad máxima puede llegar a los 372 metros cerca de la presa Hoover y reunir 36 billones de litros de agua. La última vez que el lago se aproximó a su capacidad máxima fue en los meses de verano de 1983 y 1999.
Los especialistas advierten que si el nivel desciende hasta los 289,6 metros, la presa Hoover, situada aguas abajo del lago, no podrá producir suficiente energía hidroeléctrica para abastecer a 1,3 millones de personas anualmente. Según las autoridades, no se espera que tal escenario se produzca este año, pero podría darse pronto. La NASA estimó que los niveles cerca de la presa deben estar por encima de los 304,8 metros para que las turbinas puedan seguir operando a niveles normales.
Se estima que un 10 % del agua llega al lago a través de las precipitaciones y aguas subterráneas. El resto se llena con el deshielo de las Montañas Rocosas, que fluye por la cuenca del río Colorado a través del lago Powell, el cañón Glen y el Gran Cañón. En total, la cuenca del Colorado es fuente de energía eléctrica y agua para unas 40 millones de personas y hasta 5 millones de acres (más de 2 millones de hectáreas) de tierras de cultivo en el suroeste estadounidense.