El residente de un café de gatos en la ciudad rusa de Gátchina, llamado Slónik (Elefantito, en ruso), se ha convertido en una estrella de las redes sociales tras colarse en una entrevista con el dueño del establecimiento mientras estaban grabando el material para un documental sobre la urbe, situada en las inmediaciones de San Petersburgo.
El felino juguetón irrumpió en la grabación cual ‘toro en una tienda de porcelana’ y, vencido por el ímpetu de la curiosidad, metió su hocico en un vaso de papel para café que estaba sobre la mesita blanca que separaba al entrevistado y la periodista.
Sin medir apropiadamente el tamaño del vaso y su propio tamaño corporal, Elefantito cayó víctima de sus malos cálculos. Su hocico se quedó atrapado en el recipiente. Desconcertado por no poder liberarse de la inesperada trampa y cegado por la oscuridad que de repente nubló su vista, el gato se precipitó desde la mesa. Debido a la escasa altura del mueble, la caída no debió de provocarle lesión física alguna, salvo la emocional.
La administración del café salió al rescate y zanjó la aparatosa caída de su inquilino con una explicación plausible: «Slónik interrumpió y aportó claridad al diálogo».