Este próximo 2 de marzo se conmemorará el Miércoles de Ceniza, y con ello comienzan los 40 días de preparación para el tiempo más importante para la comunidad católica, que es la Pascua, fiesta que dura 50 días.
El presbítero de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, Eduardo Hayen, mencionó que es el tiempo ideal en el que los feligreses tienen un examen de vida y de conciencia, con el fin de recordar su condición pasajera y caduca en la tierra.
“El propósito de la Cuaresma es purificar los males y los pecados, para eso es el Miércoles de Ceniza, para recordar cuál es nuestra condición de pecadores y como somos polvo, vamos a regresar al polvo, es decir, nos espera la muerte; sin embargo, nos espera también la resurrección”, detalló el sacerdote.
Explicó que la ceniza que se utiliza para la misa de imposición del miércoles es la que se obtiene de la quema de palmas durante el Domingo de Ramos, así como de biblias desgastadas.
El padre Hayen dijo que la celebración penitencial del Miércoles de Ceniza se llevará a cabo el 2 de marzo a partir de las 8:00 de la mañana, con una misa que será oficializada por el obispo de la Diócesis, José Guadalupe Torres Campos.
Además, se tendrán misas de imposición de ceniza cada hora en la Catedral con un aforo reducido por el semáforo epidemiológico de un 50 por ciento de asistencia, y se cuidarán las medidas para evitar la propagación del virus de Covid-19, como sana distancia, uso de gel antibacterial y cubrebocas.
El presbítero señaló que durante la Cuaresma los fieles se preparan para realizar penitencia y ejercicios con el propósito de sanar su corazón y quitar los aspectos negativos; asimismo, los actos altruistas también son una característica de estos tiempos.
“La Cuaresma es un tiempo que nos invita a hacer obras de caridad, mediante de la oración, ayuno y la limosna, es decir: estar más al contacto de Dios a través de la oración; el ayuno, que son penitencias que hacemos los católicos, y la limosna, que son los actos de caridad para llenarnos de amor a Dios y nuestros hermanos”, dijo el padre Hayen.