Texas prohibió más libros de las bibliotecas escolares el año pasado que cualquier otro estado de la nación, apuntando a títulos centrados en la raza, el racismo, el aborto y la representación y los temas LGBTQ, según un nuevo análisis de PEN America, una organización sin fines de lucro que aboga por la libertad de expresión.
El informe publicado el lunes encontró que los administradores escolares en Texas prohibieron 801 libros en 22 distritos escolares, y 174 títulos fueron prohibidos al menos dos veces entre julio de 2021 y junio de 2022. PEN America define una prohibición como cualquier acción tomada contra un libro basada en su contenido después de las impugnaciones de los padres o los legisladores.
Los libros eliminados con más frecuencia incluyeron “Gender Queer: A Memoir” de Maia Kobabe, que describe el viaje de Kobabe hacia la identidad de género y la orientación sexual; “El ojo más azul” de Toni Morrison; “Roe v. Wade: ¿La elección de una mujer? de Susan Dudley Gold.
También están proscritos “Out of Darkness” de Ashley Hope Pérez, que sigue la historia de amor entre una adolescente mexicoamericana y un adolescente afroamericano en la década de 1930 en el Este de Texas; y “All Boys Aren’t Blue” de George M. Johnson, un relato personal sobre cómo creció siendo afroamericano y homosexual en Plainfield, Nueva Jersey.
“Este movimiento de censura está convirtiendo a nuestras escuelas públicas en campos de batalla políticos, abriendo brechas dentro de las comunidades, obligando a maestros y bibliotecarios a dejar sus trabajos y enfriando el espíritu de investigación abierta y libertad intelectual que sustenta una democracia floreciente”, dijo en un comunicado Suzanne Nossel, directora ejecutiva de PEN America.
En todo el país, PEN America descubrió que las escuelas habían prohibido mil 648 títulos únicos. De estos títulos, el 41% aborda temas LGBTQ o tiene protagonistas o personajes secundarios destacados que son LGBTQ. Otro 40% de estos libros contienen protagonistas o personajes secundarios destacados de color.
Summer Lopez, directora del programa de libertad de expresión de PEN America, dijo que lo notable de estas prohibiciones de libros es que la mayoría se trata de libros que las familias y los niños pueden elegir leer, no de lectura obligatoria.
Florida y Pennsylvania siguieron a Texas como los estados con más prohibiciones, respectivamente. Florida prohibió 566 libros y 457 títulos fueron prohibidos en Pennsylvania, donde la mayoría de los libros fueron retirados de un distrito escolar en el Condado de York, que es conocido por ser más conservador.
López dijo que su organización no podía recordar un año anterior con tantos informes de prohibiciones de libros.
“Este movimiento que se acelera rápidamente ha resultado en que más y más estudiantes pierdan el acceso a la literatura que los equipa para enfrentar los desafíos y las complejidades de la ciudadanía democrática”, dijo en un comunicado Jonathan Friedman, director de los programas de educación y libre expresión de PEN America y autor principal del informe.
Los desafíos de libros de Texas pueden ser rastreados a octubre pasado, cuando el representante estatal Matt Krause, republicano de Fort Worth, envió una lista de unos 850 libros sobre raza y sexualidad, incluido el de Kobabe, a los distritos escolares solicitando información sobre cuántos de ellos están disponibles en sus campus. Este movimiento animó a los padres a desafiar y eliminar con éxito los libros que creen que no son apropiados y “pornográficos”.
El Distrito Escolar Independiente de Keller en el Condado de Tarrant fue uno de los primeros en eliminar con éxito “Gender Queer” de las bibliotecas escolares después de que un grupo de madres se quejaran de que era “pornográfico”.
Esta reciente serie de prohibiciones de libros se ha desarrollado en el contexto de un debate nacional sobre la Teoría Crítica de la Raza, una disciplina académica de nivel universitario que examina cómo el racismo está arraigado en los sistemas legales y estructurales del país. No se enseña en las escuelas públicas de Texas.
Sin embargo, algunos políticos y padres conservadores han asignado el término “CRT” para desestimar los esfuerzos en las escuelas públicas por incorporar un currículo escolar público más completo e inclusivo, algo que equiparan con adoctrinamiento.
Los conservadores en algunos distritos escolares han utilizado las prohibiciones de libros y el rencor por las enseñanzas de estudios sociales para ayudar a reunir apoyo en las manifestaciones y atraer dinero sin precedentes para ganar escaños en la junta escolar, haciendo campaña bajo la promesa de eliminar la “Teoría Crítica de la Raza” y los materiales “pornográficos” de las escuelas.
En medio de las continuas luchas políticas lideradas por los republicanos sobre cómo se permite que los temas relacionados con la raza, el género y el sexo se enseñen en las escuelas públicas, el gobernador Greg Abbott ha puesto la promesa de aumentar los derechos de los padres en el centro de su plataforma de reelección.