Cuando Duane Smith y su nieto Allen de 11 años regresaron de su primera jornada de pesca con imán, comprobaron con asombro que habían sacado algo más que chatarra y tapas de botellas del turbio canal del sur de Florida por el que habían navegado: dos rifles de francotirador Barrett calibre 50.
La pesca con imán es un pasatiempo en el que Smith se interesó recientemente después de ver un video sobre esta práctica en Internet. Pensó que sería una actividad más atractiva que la pesca tradicional, para su nieto, que tiene autismo.
Smith, de 61 años, dijo que al principio no sabía lo que habían sacado hasta que llegó a casa y limpió las armas, que estaban cubiertas con un plástico retráctil.
Asimismo, relató que no encontraron municiones, que los rifles no estaban cargados ni tenían marcas que los identificara como propiedad del gobierno, por lo que no eran armas militares. «Noté que los números de serie habían sido arrancados», explicó Smith, que es un oficial de infantería retirado.
El hombre notificó su hallazgo a la Policía del condado Miami-Dade, que recogió los rifles. Más tarde, las armas fueron entregadas a los forenses para que determinaran su tipo, condición y estado.