El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró ayer que en caso de un incremento en los precios del gas natural, insumo clave para generar electricidad, debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, México cuenta con alternativas para salir de ‘apuros’, como el uso de plantas hidroeléctricas o el combustóleo, sin embargo, diversos especialistas señalaron que todas las materias primas se encuentran ‘contaminadas’ por la incertidumbre bélica, por lo que será difícil evitar los altos precios en las tarifas eléctricas.
Víctor Gómez, profesor de Economía en el ITAM, señaló que sustituir la generación eléctrica de gas natural por otras materias primas como el agua, el carbón o el combustóleo, no evitarán que suban los precios de la electricidad, ya que es un fenómeno global.
“Si llegará a utilizarse de manera más abundante la generación eléctrica con base en fuentes hidráulicas, podríamos ver un impacto en la disponibilidad para otro tipo de actividades más importantes, como el riego agrícola, lo que a su vez podría representar un impacto de orden económico en la inflación y en los productos agropecuarios, sin olvidar los temas medioambientales”, dijo el experto.
Puntualizó que por el momento, no se han dado problemas significativos respecto a la disponibilidad de gas, a pesar de que Rusia es el principal proveedor de Europa occidental, pero sin duda, tendría que hacerse un análisis profundo para poder combinar fuentes de energías renovables con energías fósiles, ya que sería muy peligroso depender solo de una fuente de energía.
Paul Sánchez Campos, analista del sector energético, expuso que el problema de las plantas hidroeléctricas es que casi no llueve en los primeros meses del año.
“No se pueden utilizar la totalidad de las hidroeléctricas para sostener el sistema eléctrico, y menos si el agua tiene otros usos… no olvidemos que en años anteriores los niveles de presas llegaron a menos del 50 por ciento”, dijo.
En el caso de las gasolinas, el presidente López Obrador afirmó que contendrán el incremento a través del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, cuyo estímulo se aplica hoy al 100 por ciento.