CÓMO LA ESCALADA DEL CONFLICTO EN UCRANIA HA ‘REDIBUJADO’ EL MAPA DE OPERACIONES AÉREAS EN EUROPA

La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) ha recomendado no operar dentro del espacio aéreo de Ucrania y en una zona de 200 millas náuticas (370 kilómetros) a lo largo de sus fronteras con Rusia.

Inicialmente, el organismo había delimitado el tránsito a 100 millas náuticas (185 kilómetros), pero en su última actualización decidió ampliarlo al doble tras evaluar el riesgo que plantea «la amenaza de lanzamientos de misiles desde y hacia Ucrania», además de incluir la Región de Información de Vuelo (FIR) de las capitales de Moldavia y Bielorrusia. «Los operadores no deben actuar dentro del espacio aéreo mencionado. Esto incluye aterrizajes y salidas desde aeropuertos», puntualizó le EASA instando a «tener cuidado» al operar en la FIR de Moscú debido a una «mayor actividad militar».

Este 24 de febrero, el sitio web de seguimiento de vuelos Flightradar24 mostró un gran vacío sobre Ucrania al no registrar ningún vuelo comercial sobre su territorio, luego de que las autoridades anunciaran el cierre del espacio aéreo para vuelos civiles en el marco de la declaración de estado de emergencia. Como resultado, las aerolíneas se vieron obligadas a desviar sus rutas habituales, volverse o bordear el país, mientras que otros vuelos optaron por quedarse en tierra.

La EASA asegura que estas restricciones se realizan sobre la base de la información disponible para los Estados miembros de la Unión Europea y sus instituciones, y a la luz del «alto riesgo de seguridad de vuelo» asociado al uso de armas y equipos militares en las «zonas de conflicto activo». «La presencia y el posible uso de una amplia gama de sistemas de guerra terrestres y aéreos plantea un alto riesgo para los vuelos civiles que operan en todas las altitudes y niveles de vuelo», reiteró.

Asimismo, la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia suspendió los vuelos a doce aeropuertos del sur del país hasta el 2 de marzo «debido a la complicación de la situación en torno a la situación en Ucrania». La EASA señaló que el Ministerio de Defensa ruso había pedido al control de tráfico aéreo de Ucrania que tomara medidas urgentes para detener sus vuelos ante los riegos para la aviación civil. Por su parte, la Administración Federal de Aviación de EE.UU. hizo eco de las advertencias y también restringió las operaciones de sus aerolíneas.

En el marco de nuevas medidas restrictivas impuesta por el Reino Unido a Rusia, se prohibió a la aerolínea nacional rusa Aeroflot volar en el espacio aéreo británico. Moscú adoptó acciones recíprocas, impidiendo las actividades en su territorio a los aviones de ese país y le recordó a Londres que existe un acuerdo sobre comunicaciones aéreas entre ambos que debe ser cumplido. 

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