La industria nuclear de EE.UU. ha pedido a la Administración Biden no imponer sanciones a la importación de uranio desde Rusia para mantener bajos los precios de la electricidad en el país, recoge Reuters.
«La industria [nuclear estadounidense] es adicta al uranio ruso barato», citó la agencia a una de sus fuentes, señalando que EE.UU. depende de Rusia y sus aliados Kazajistán y Uzbekistán para obtener aproximadamente la mitad del uranio que alimenta sus centrales nucleares, según los datos de Información Energética de EE.UU. y la Asociación Nuclear Mundial.
Paralelamente, el Instituto Nacional de la Energía (NEI) —grupo comercial de empresas de generación de energía nuclear de EE.UU.— apoyó la diversificación del suministro de uranio. «Si bien Rusia es un importante proveedor mundial de combustible nuclear comercial, las empresas de servicios públicos de EE.UU. contratan a una red mundial de empresas y países para satisfacer sus necesidades de combustible a fin de mitigar los riesgos de una posible interrupción«, señaló Nima Ashkeboussi, directora de combustible y seguridad radiológica del NEI.
Por su parte, desde la Casa Blanca afirmaron que están trabajando para mantener bajos los costos de energía en el país. «Estamos escuchando todas las consultas de la industria y continuaremos haciéndolo mientras tomamos medidas para responsabilizar a Rusia», comentó un funcionario de la Casa Blanca.
Si bien Australia y Canadá también cuentan con grandes reservas de uranio y además existe una amplia capacidad de procesamiento tanto allá como en Europa, Rusia y sus aliados son los productores más baratos de uranio que se usa como combustible dentro de los reactores para lograr la fisión nuclear para hervir agua y generar el vapor que hace girar las turbinas para generar electricidad.