Eran miles, entre adultas y niñas, la gran mayoría portando alguna prenda color violeta, como blusas, cubrebocas o cartulinas con consignas.
“Protesto porque cuando le pasó a mi hija, le llamaron mentirosa y el culpable sigue libre”, decía el mensaje que portaba en alto Mariana López, de 28 años y madre de una niña víctima, de seis.
“Violación agravada”, dijo López conteniendo el llanto, cuando se le preguntó por el delito que denunciaba. Ocurrió en mayo, dijo, “y hasta ahorita no han hecho nada”.
Sobre la avenida Juárez, frente a la cruz de clavos colocada a manera de memorial contra el feminicidio que se ha convertido en una de las principales características de esta frontera, López señaló que la de esta tarde era su primera manifestación con motivo del Día Internacional de la Mujer.
“Sólo las veíamos pero no participábamos. Sólo hasta ahora (venimos), a pedir justicia”, dijo.
Las consignas retumbaban a través del altavoz, coreadas por las integrantes de la que es una de las manifestaciones más numerosas registradas en esta ciudad: “Señooor, señora / no sea indiferente / se mata a las mujeres en la cara de la gente”, o “mujer, escucha / esta es tu lucha”.
En esa punta de la marcha, frente al puente internacional Santa Fe o Paso del Norte, estaba también Mónica Corona, hermana de Kezaline, asesinada en 2019, cuando los agresores también privaron ilegalmente de la libertad a su padre, Francisco.
“Lo seguimos buscando todavía”, dijo Mónica, que sostenía con una mano una cartulina a la que le pegó las fotografías de sus familiares y la denuncia de que van ya “dos años y 9 meses de impunidad”. Con la otra sostenía una cruz rosa con el nombre de su hermana, cuyas mejores amigas también la acompañaban. “Somos el grito de las que ya no están”, decía su mensaje.
Los acordes de una guitarra se escucharon a las 17:30, cuando una de las asistentes empezó a interpretar la ya icónica “canción sin miedo”, que las manifestantes cantaron al unísono con el puño en alto y algunas, como Karen, entre lágrimas.
“Perdí dos amigas y a un familiar. A una la encontraron degollada en el arroyo de las Víboras. Era mi amiga de la infancia”, dijo la mujer, de 27 años y que pidió ser identificada sólo por su primer nombre.
Una mujer con el rostro cubierto leyó entonces un pronunciamiento, señalando que habían tomado el espacio público organizadas a través de diversas “colectivas” como Celestina Radical, Mujeres que luchan Juárez, Juárez feminista y otras.
“Resistimos contra el poder de dominación que promueve políticas de control, precarización y explotación de las que somos víctimas en todos nuestros espacios: doméstico, laboral y social”, leyó la activista, que pidió ser identificada como Abigail.
“No tenemos nada qué festejar; simplemente estamos en esta marcha para exigir justicia”, dijo Julieta Castillo, madre de la adolescente desaparecida desde 2009, Esmeralda Castillo Rincón.
Poco antes de las 18 horas, el contingente avanzó sobre la Avenida Juárez en dirección al sur, sosteniendo en alto sus pancartas y gritando las consignas: “Ni una más / ni una más”.
Un agente de Vialidad comentó ante pregunta expresa que la avenida quedó completamente cubierta de manifestantes, desde la punta frente al Puente Internacional hasta más allá del túnel que inicia sobre la calle Abraham González.
Por ahí volvieron en su regreso al punto de partida, no sin antes dejar escrito con spray en una de las paredes del paso a desnivel el nombre de una juarense que también fue activista feminista: “Isabel vive”.