Estados Unidos y la Unión Europea (UE) tomaron medidas el martes para reducir drásticamente las importaciones de energía rusa, intentando aislar económicamente al Kremlin tras su invasión de Ucrania, incluso si las medidas conducen a precios del petróleo más altos para millones de consumidores en todo el mundo.
En la Casa Blanca, el presidente Joe Biden dijo que prohibiría todas las importaciones de petróleo y gas natural de Rusia, con efecto inmediato. El Reino Unido también anunció una prohibición de todos los productos petroleros rusos para finales de año.
Mientras tanto, los funcionarios de la UE dieron a conocer un plan separado para reducir las importaciones de gas ruso en aproximadamente dos tercios este año, aunque rápidamente surgieron dudas sobre si las naciones europeas podrían lograr ese objetivo.
Los golpes consecutivos al sector energético de Rusia inmediatamente repercutieron en toda la economía mundial. Los precios de la gasolina en los Estados Unidos continuaron su rápido ascenso, alcanzando un promedio de 4.17 dólares (87.36 pesos) el galón el martes, frente a los $3.62 (75.83 pesos) de hace una semana, según AAA. Los economistas han comenzado a advertir que la crisis del precio de la energía podría afectar con especial dureza a la economía europea.
Rusia es el tercer mayor productor de petróleo del mundo, y la dependencia de sus exportaciones es tan alta que los líderes occidentales inicialmente descartaron apuntar a su producción. Pero los ataques sostenidos de Rusia contra Ucrania llevaron a los líderes occidentales a cambiar de rumbo, incluso si la decisión resulta particularmente dolorosa para las naciones europeas, algunas de las cuales dependen de Rusia hasta en un 80 por ciento de sus necesidades energéticas.
Clamor por más sanciones
El anuncio de la Casa Blanca se produjo en medio de un creciente clamor bipartidista para intensificar las sanciones económicas contra Rusia.
Mientras los funcionarios de la administración de Biden preparaban su plan en los últimos días, mantuvieron una amplia gama de conversaciones en un intento por contener las consecuencias económicas. Estas incluyeron discusiones con otras naciones productoras de petróleo mientras exploraban cómo Estados Unidos podría proteger a los consumidores estadounidenses de precios más altos.
Las restricciones energéticas y el aumento de los precios ahora representan una prueba dramática de cuán dispuestos estarán los públicos estadounidense y europeo a soportar las dificultades económicas para apoyar el esfuerzo bélico de Ucrania.
“Los estadounidenses se han manifestado para apoyar al pueblo ucraniano y han dejado en claro que no seremos parte de subsidiar la guerra de Putin”, dijo Biden el martes, explicando por qué estaba prohibiendo las importaciones. “Este es un paso que estamos tomando para infligir más dolor a Putin, pero también habrá costos aquí en Estados Unidos”.
Biden agregó: “Dije que me sinceraría con el pueblo estadounidense desde el principio, y cuando hablé de esto por primera vez, dije que defender la libertad también nos costará a nosotros en los Estados Unidos”.
Reacciones globales
La respuesta mundial fue inmediata. El presidente ruso, Vladimir Putin, reaccionó al anuncio con un decreto instruyendo a su gabinete a producir una lista de artículos para dejar de importar y exportar hasta finales de 2022. Rusia también amenazó esta semana con cortar el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 a Europa en respuesta a las sanciones financieras de Occidente.
Pero la reacción política y corporativa contra Rusia ha sido tremenda. También el martes, el gigante mundial de la energía, Shell, se disculpó por las compras anteriores de productos petroleros rusos y acordó eliminar gradualmente toda participación en la industria del petróleo y el gas del país. Se unió a ExxonMobil y BP para suspender sus operaciones en Rusia.
Mientras tanto, los funcionarios ucranianos se sintieron alentados por las medidas adoptadas por los europeos y los estadounidenses para reducir la dependencia de las importaciones energéticas rusas, según Sergey Nikiforov, portavoz del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.
Pero los líderes ucranianos también han presionado a Occidente por una prohibición mucho más amplia de los productos rusos.
“Nos gustaría tener un embargo sobre todos los bienes y servicios rusos, no sólo sobre el petróleo y el gas. Queremos que todos los puertos del mundo y todos los canales del mundo estén cerrados para los barcos rusos”, dijo Nikiforov en una entrevista. “Todos deberían intentar hacer más. Pero es importante que esos países comiencen a tomar algunas medidas para reducir su dependencia de los combustibles fósiles rusos”.
Galón a más de 5 dólares
Estados Unidos ya ha implementado una serie de medidas económicas para dañar a Rusia, incluida la imposición de sanciones a su banco central y a los oligarcas cercanos a Putin. Pero ninguno es tan sensible políticamente a la Casa Blanca como los precios de la energía. Biden ya ha pasado gran parte del último año a la defensiva por la inflación, y el gas es el producto básico más visible que pagan diariamente decenas de millones de consumidores estadounidenses.
Ya han surgido señales de que los nuevos movimientos podrían impulsar los precios aún más, y algunos analistas especulan que los precios podrían superar los 5 dólares (104.75 pesos) por galón a finales de este año.
Los precios más altos de la gasolina afectan a muchos sectores de la economía. Las aerolíneas elevan sus precios, trasladando los costos más altos a los consumidores. Los conductores a menudo cambian su comportamiento, reduciendo los viajes. Y los precios de los productos que se entregan en camiones también pueden aumentar, creando una nueva ola de presiones inflacionarias.
Agitación sin precedentes
El petróleo ruso sólo representa aproximadamente el 3 por ciento de las importaciones de Estados Unidos y se espera que otras fuentes en Estados Unidos lo compensen fácilmente. Y aunque los europeos dependen en gran medida del gas ruso, el plan que presentaron el martes parece permitir la importación continua de productos rusos en caso de que las fuentes de energía alternativas no se materialicen a tiempo.
Pero los analistas dicen que los movimientos aún inyectan una agitación sin precedentes en los mercados energéticos que preparan el escenario para una escalada continua que probablemente impulse los precios al alza. Actualmente, Rusia produce alrededor del 11 por ciento del petróleo del mundo, o aproximadamente 10.5 millones de barriles por día.
“La conclusión es que estos países están pensando y haciendo lo impensable”, dijo Bob McNally, consultor y presidente de Rapidan Energy Group, una firma de investigación del mercado energético y ex funcionario de la administración de George W. Bush. “Mientras este conflicto amenace con interrumpir la mayoría o la totalidad de las exportaciones de Rusia… los precios de las materias primas seguirán aumentando hasta que provoquen o contribuyan a una recesión”.
De inmediato
La prohibición de Estados Unidos es efectiva de inmediato. No se permitirán nuevos contratos y los contratos existentes tendrán 45 días para finalizar, dijo un alto funcionario de la administración de Biden a los periodistas en una llamada.
A medida que se acercaban al anuncio de la prohibición, altos funcionarios de la administración de Biden pasaron los últimos días explorando medidas drásticas para tratar de proteger la economía global de las posibles consecuencias de precios del petróleo aún más altos.
Los asesores de la Casa Blanca, por ejemplo, han estudiado planes para aumentar drásticamente la producción estadounidense de bombas de calor energéticamente eficientes que esperaban que pudieran usarse en Europa si los líderes europeos decidieran reducir sus importaciones de petróleo ruso, dijeron tres personas con conocimiento del asunto, quienes hablaron bajo condición de anonimato para discutir deliberaciones privadas.
Los funcionarios de Biden sopesaron si estas bombas de calor podrían producirse a través de la Ley de Producción de Defensa, una ley de defensa nacional de emergencia, o mediante programas de adquisición en el Departamento de Defensa, dijeron las personas.