EL PALACIO DE BUCKINGHAM RECIBE A SU NUEVO REY

Carlos sucedió a su madre, la reina Isabel II, cuando murió en septiembre pasado y, a los 74 años, se convierte hoy en el monarca británico de mayor edad en recibir la corona de San Eduardo

LONDRES.— Setenta años después de su madre, Carlos III es coronado hoy en una ceremonia cargada de tradición y simbolismo, única en Europa, que reúne en Londres a miles de admiradores.

Su segunda esposa Camilla, de 75 años, también es coronada reina.

Ningún otro país podría realizar una exhibición tan deslumbrante: las procesiones, la pompa, las ceremonias y las fiestas en las calles”, dijo el primer ministro británico, Rishi Sunak.

Los invitados extranjeros, desde el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a los reyes Felipe VI y Letizia de España, pasando por la primera dama estadunidense Jill Biden, ya están en Londres, donde el monarca dio ayer una recepción en su honor.

Antes, el rey paseó por las inmediaciones del Palacio de Buckingham, junto a su hijo mayor, Guillermo, de 40 años y heredero al trono, y la esposa de éste, Catalina.

A sus 74 años, Carlos III será la persona de mayor edad en la historia británica que se ha convertido en monarca.

Más de dos mil 200 personas asistirán a la coronación del rey de Inglaterra, informó el Palacio de Buckingham, entre ellas representantes internacionales de 203 países, así como trabajadores comunitarios y de organizaciones benéficas.

La congregación en la abadía londinense de Westminster incluye a representantes religiosos y jefes de Estado y ministros de Relaciones Exteriores, dijo el palacio en un comunicado.

 

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Enfrenta desafíos

Coronado a los 74 años, ocho meses después de la muerte de su madre, Carlos III tiene la misión de modernizar la institución.

Pero, pese a su actitud cercana y cálida, su decisión de colaborar en la investigación sobre los lazos de la monarquía con la esclavitud y su pasión de larga data por la ecología, le cuesta seducir a las nuevas generaciones.

Carlos III, cuyo papel es meramente ceremonial y sin poder político, llegó al trono en un Reino Unido confrontado a múltiples desafíos, desde las aspiraciones secesionistas en Escocia e Irlanda del Norte hasta la grave crisis por el coste de la vida.

No vivimos la misma vida, ahora mismo mucha gente está sufriendo” por la crisis, subrayó Eden Eawit, una londinense de 38 años que lamenta el elevado costo de la ceremonia, de hasta 100 millones de libras (125 millones de dólares), según la prensa, principalmente debido a las fuertes medidas de seguridad.

El grupo antimonárquico “Republic” convocó para hoy una protesta en el centro de Londres.

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Jamaica, país de la Commonwealth del que Carlos III también es rey, afirmó el jueves que quiere separarse de la corona británica. Y el primer ministro de Belice, Johnny Briceño, consideró que su país será “probablemente” el próximo miembro de la Mancomunidad que se convierta en república, criticando el papel de Inglaterra en el tráfico de esclavos.

El rey, pese a todo, tuvo algunas satisfacciones, como cuando recibió el jueves a líderes de pueblos indígenas de Canadá y Brasil.

Dos de ellos, Uyunkar Domingo Peas y Atossa Soltani, activistas de la Amazonía, le entregaron un tocado de plumas “en reconocimiento por su compromiso con la protección de la selva y el restablecimiento de la armonía entre la humanidad y la naturaleza”.

El papa Francisco, que no viajó a Londres, estará representado por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin.

Como ocurrió para el funeral de Isabel II en septiembre, Venezuela no fue invitada, al igual que otros países como Rusia y Afganistán.

Otros, como Nicaragua y Corea del Norte, sólo recibieron invitaciones para sus jefes de delegación.

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Monarquía  provoca apatía en jóvenes

LONDRES.— “Para nosotros, sencillamente, no es algo importante”. Millie, de 18 años, decidió que hoy verá películas en casa, y al igual que ella, muchos jóvenes británicos se muestran indiferentes a la coronación del rey Carlos.

Para nosotros no hay nada de especial, porque no fuimos criados en la idea de que los miembros de la familia real son fantásticos”, dice Millie Harvey, estudiante de enfermería en Londres.

De acuerdo con un sondeo de YouGov, uno de cada cuatro jóvenes de 18 a 24 años (26%) piensa que la monarquía es una cosa buena para Reino Unido, cuando en el conjunto de la población adulta interrogada esa opinión fue compartida por 53 por ciento.

El dato obtenido el 17 de abril contrasta con el de julio de 2019, cuando 48% de los jóvenes de 18 a 24 años consideraba positiva la aportación de la realeza.

Un año antes, en 2018, Reino Unido había celebrado el matrimonio del príncipe Enrique y su esposa Meghan, una actriz estadunidense mestiza que trajo un soplo de aire fresco a la institución. Pero después se desataron los escándalos.

El príncipe Andrés, hermano menor de Carlos, enfrentó una demanda por agresión sexual en Estados Unidos, que resolvió pagando varios millones de dólares a la mujer que lo acusaba.

Y Enrique, el hijo menor del rey, no dejó de enfrentarse con su familia desde que se mudó a California en 2020.

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Según Pauline Maclaran, profesora de la Universidad Royal Holloway, la crítica de Enrique que más repercutió surgió de una entrevista de 2021, cuando la pareja contó que un miembro de la familia real preguntó por el color de piel de sus hijos antes de que nacieran.

Enrique luego negó haber acusado a la familia de racismo y se refirió a un “sesgo inconsciente”.

Aisha Dosanjgh, de 23 años, se dice “bastante indiferente” en cuanto a la ceremonia de coronación.

Carlos III tiene algunos argumentos a su favor, como su compromiso con el medio ambiente.

Su organización benéfica The Prince’s Trust ha ayudado a más de un millón de jóvenes de Reino Unido desde su fundación en 1976.

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