Hace dos años –el 13 de marzo de 2020– se reportó de manera oficial el primer caso de Covid-19 en El Paso.
A partir de entonces se disparó la cifra de contagios y fallecimientos a causa de la pandemia, hasta que hubo un punto –a principios de noviembre de ese año– en que este condado se convirtió en el epicentro mundial del nuevo coronavirus: al grado que decenas de pacientes tuvieron que ser trasladados a otras ciudades porque no se daban abasto los hospitales.
La pandemia trajo consecuencias nunca vistas en la vida binacional entre Juárez y El Paso. Durante 597 días –entre el 21 de marzo de 2020 y el 8 de noviembre de 2021–, no se permitió el cruce a personas con visa de turista por medios terrestres a Estados Unidos, situación que impactó la dinámica económica y social de esta frontera.
Las frías estadísticas nos muestran que en El Paso se registraron 237 mil 945 resultados positivos, que a la vez llevaron a la cifra de 3 mil 356 fallecidos.
Sin embargo, las autoridades de Salud ven con optimismo cómo ha descendido el actual nivel de alerta, ya que el uso de las mascarillas faciales es opcional, y que las restricciones para la interacción social se han relajado entre otros factores, por una extensa campaña de vacunación.
Atrás se ven –ya lejanas– las fechas en que ante la exigencia que ocasionó la falta de camas en las Unidades de Cuidado Intensivo, fue necesario instalar carpas afuera de los hospitales, además de habilitar unidades portátiles de refrigeración, ya que la morgue local fue insuficiente para manejar los cadáveres de los fallecidos por Covid-19, entre octubre y noviembre de 2020.
En marzo del 2020 se registraron hasta 1 mil 800 casos positivos por día en la localidad, y después de que en Texas se superó el millón de casos confirmados, de los 6 mil 100 pacientes hospitalizados en todo el estado, uno de cada seis se encontraba en El Paso.
La contingencia de salud obligó a que llegaran a la ciudad más de 1 mil 400 trabajadores de la salud de diferentes partes del estado, así como miembros de la Guardia Nacional para atender los efectos de la pandemia.
Además de que se tuvieron que reprogramar citas médicas y procedimientos quirúrgicos no urgentes, la mitad de todas las camas para pacientes de la ciudad estaban ocupadas por personas con Covid-19.
Los Distritos Escolares e instituciones de educación superior alargaron la pausa de las vacaciones del Spring Break, que posteriormente llevarían a las clases a distancia, mientras que hubo una disputa entre las esferas de gobierno a nivel local y estatal sobre el mandato relativo al uso de mascarillas en lugares públicos.
Primer reporte positivo
Fue el 13 de marzo del 2020 cuando el Departamento de Salud Pública del Condado de El Paso dio a conocer que un hombre de alrededor de 40 años era el primer caso de un portador de Covid-19.
A partir de entonces los pacientes de coronavirus llenaron las camas del Centro Médico Universitario de El Paso, mientras que se atendían pacientes en carpas montadas en un estacionamiento, en tanto el Centro de Convenciones se convirtió en un hospital provisional, y decenas de pacientes de Cuidados Intensivos fueron transportados a otras ciudades vía aérea.
Mientras Ricardo Samaniego, juez del Condado de El Paso, ordenó un período de confinamiento y toque de queda, el alcalde Dee Margo se mostró en desacuerdo, en un conflicto donde el Gobierno de Texas llegó incluso a mediar por medio de órdenes judiciales.
El cierre de las fronteras a los extranjeros y viajeros no esenciales paulatinamente se ha relajado en los cruces internacionales, mediando el aumento de la vacunación y la baja en los números de contagios que hoy mantiene el nivel de alerta en la ciudad en color amarillo, dos escalas menos que la máxima alerta que se mantuvo por meses en color rojo.