Lidy Villalba, empresaria y golfista potosina, fue asesinada en un tiroteo en el que están involucrados elementos de la Fiscalía de Jalisco y la Sedena.
La primera versión fue que falleció a manos de un comando armado por un intento de asalto; sin embargo, la Fiscalía de Jalisco desestimó esta información.
De acuerdo con Luis Joaquín Méndez, fiscal del estado, la balacera en la que falleció la excandidata del PRI a una diputación federal por San Luis Potosí comenzó en el municipio de Ojuelos, en Jalisco, ye terminó del lado de Zacatecas, en la comunidad de Los Alpes.
Villalba regresaba de un torneo de golf, deporte que practicaba desde niña, y todo habría comenzado porque su chofer evadió un retén de las autoridades, lo que provocó la persecución y los elementos de seguridad que custodiaban a la golfista intentaron repeler la agresión a disparos.
En uno de los operativos de vigilancia que se efectuaban en esos límites territoriales, nos refieren la información de los compañeros que estuvieron en los hechos el día de ayer, que se da una persecución de una vehículo, de una camioneta de color blanco, donde viajaban un grupo de personas. Nos refieren que se realizaron una serie de detonaciones de arma de fuego”, explicó el fiscal.
Desafortunadamente, esto último provocó el fallecimiento de Villalba y que dos personas quedaran lesionadas.
De la misma manera, dos elementos de la policía de investigación de la Fiscalía de Jalisco que se encontraban en ese recorrido también resultaron lesionados por proyectil de arma de fuego”, agregó Méndez. Actualmente, la FGR lleva a cabo las investigaciones por el caso y colabora con las autoridades de Jalisco, Zacatecas y San Luis Potosí.
Villalba era la mayor de 11 hermanos, fue exconsejera de la Asociación Mexicana Femenil de Golf y, además de ser golfista, se postuló como candidata a diputada federal por el PRI en 1997.
REFUERZAN LA SEGURIDAD EN NUEVO LAREDO
En punto de las 14:00 horas, al aeropuerto internacional de Nueva Laredo, Tamaulipas, arribó una unidad de Fuerzas Especiales del Ejército mexicano, que se sumará a los ya 700 oficiales que llegaron el lunes con el objetivo de garantizar la seguridad a la población civil después de que la narcoviolencia se desató en esta frontera por la detención de un capo.
El personal aterrizó en dos aviones Casa C-295J, un Espartan C-27J y forman parte de la Fuerza de Tarea Conjunta México.
La Sedena destacó que la misión principal de estas unidades, es fortalecer el Estado de derecho y colaborar con las autoridades en la detención de integrantes de la delincuencia organizada.
Entre las características de estas Unidades se destacan su gran movilidad y capacidad de despliegue, el armamento, material, equipo y adiestramiento especializado con el que cuentan para operaciones urbanas”. Otro punto importante es que también tienen el adiestramiento en operaciones aeromóviles.