El Gobierno de Gales prohibió por ley cualquier tipo de castigo corporal a niños, una práctica que estaba amparada bajo el denominado «castigo razonable». Se convirtió así en el segundo país del Reino Unido en tomar esta decisión, que ya está vigente en Escocia.
La medida, adoptada el lunes 21 de marzo, proscribe todo tipo de castigos físicos, como golpear, dar bofetadas y sacudir a un niño, con lo que se le da a los menores la misma protección legal ante las agresiones que a los adultos. La norma rige tanto para padres como para cualquier adulto responsable de menores, incluidos los visitantes de Gales.
Quienes incumplan la ley podrán ser arrestados y acusados de delitos como lesiones corporales, que tiene una pena máxima de cinco años de prisión.
«No hay lugar para el castigo físico en el Gales moderno», afirmó el primer ministro, Mike Drakeford, quien agregó que gracias a esta nueva norma «no hay más zonas grises». «No más defensa de un castigo razonable. Eso está todo en el pasado», concluyó.