España deportó a Argelia a Mohamed Benhalima, exmilitar y activista argelino, que en 2019 denunció en unos videos la corrupción de los altos cargos del Ejército argelino. En una grabación que circula por las redes sociales se ve al activista, que expresó en varias ocasiones su temor a ser perseguido y torturado en su país de origen, esposado bajando de un avión.
Benhalima participó también en 2019 en el movimiento de protesta pacífica conocido como ‘Hirak’, con el que se exigió una reforma del sistema político. Fue en aquella época cuando le informaron que su nombre estaba en una lista de militares buscados y huyó a España. Desde entonces pidió sin éxito asilo tanto en ese país como en Francia.
El 7 de enero de 2021, fue condenado «in absentia» a diez años de prisión por compartir las grabaciones que exponían a los militares.
Benhalima fue detenido a mediados de marzo en la ciudad de Zaragoza y enviado, por orden judicial, a un centro de internamiento para extranjeros (CIE) en Valencia a la espera de que se procediese a su expulsión.
Desde entonces, distintas asociaciones defensoras de los derechos humanos se movilizaron para impedir su deportación y también se realizaron varias protestas.
Desde el CIE, el activista publicó un video de agradecimiento y volvió a pedir asilo a las autoridades españolas. El Ministerio del Interior no se ha pronunciado sobre las razones de este rechazo.
«Las autoridades españolas son muy conscientes del sombrío destino que le espera a Mohamed Benhalima si lo deportan», denunció recientemente Amna Guellali, directora regional adjunta de Amnistía Internacional (AI) para Oriente Medio y el Norte de África.
Guellali considera que esta expulsión «representa una grave violación de las obligaciones de España en virtud del derecho internacional de los derechos humanos».
En un caso similar, las autoridades españolas expulsaron a Argelia, el 20 de agosto de 2021, al exmilitar y solicitante de asilo Mohmed Abdellah, que se refugió en España en noviembre de 2018 tras acusar públicamente de corrupción a los militares argelinos.
Abdellah fue llevado directamente a un centro de alta seguridad donde permanece detenido. Según AI, durante una vista judicial el pasado mes de enero declaró que «había sido sometido a tortura y malos tratos durante su detención».