El ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar, ha confirmado que el objeto hallado en las aguas del estrecho del Bósforo, en el mar Negro, corresponde a una mina.
«Como resultado de la investigación, la mina, que se determinó que era de tipo antiguo, fue neutralizada por nuestro equipo SAS [los Equipos de Defensa Submarina]. Estamos hablando con las autoridades rusa y ucranianas sobre el tema. Nuestra coordinación continúa», precisó el alto cargo militar.
«Para la continuación segura del tráfico marítimo, se llevó a cabo la coordinación necesaria con la Guardia Costera y otras instituciones y organizaciones relevantes, en particular nuestras Fuerzas Navales. Se tomaron las medidas necesarias. El tráfico marítimo continúa de manera segura», indicó.
Previamente, se dio a conocer que el hallazgo lo hizo un barco comercial civil frente a las costas de la provincia de Estambul. El tráfico de barcos por el Bósforo, que fue cerrado en ambos sentidos debido a las operaciones, se reabrió a las 15.30 de la hora local (12:30 GMT).
Esta semana, la Oficina de Navegación, Hidrografía y Oceanografía de las Fuerzas Navales de Turquía comunicó, mediante la alerta marítima Navtex, que minas colocadas frente a las costas de Ucrania podrían estar a la deriva en el mar Negro.
El 19 de marzo, una advertencia similar fue divulgada por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), que afirmó que Ucrania ha colocado frente a sus costas 420 minas navales y que, «durante las tormentas, se registraron rupturas de los cables de amarre que conectan las minas con los anclajes de fondo».
«Bajo la influencia del viento y la corriente, las minas se mueven libremente (a la deriva) en la parte occidental del mar Negro», indicó el FSB, agregando que algunas minas pueden desprenderse y desplazarse hasta el Bósforo e incluso hasta el Mediterráneo debido a las corrientes marinas. Desde la entidad constataron que las Fuerzas Armadas de Ucrania «demuestran una vez más un total desprecio por los fundamentos del derecho internacional y un desprecio por las vidas humanas, incluidas las de los ciudadanos de los Estados de la Unión Europea».