Por primera vez, una compañía farmacéutica le ha pedido a las autoridades de salud estadounidenses permiso para vender una píldora anticonceptiva sin receta.
El pedido de HRA Pharma ocurre en medio de numerosas batallas políticas y legales en Estados Unidos en vista del fallo de la Corte Suprema que anuló el derecho constitucional de las mujeres de decidir sobre su embarazo.
La compañía insiste en que su decisión no tiene nada que ver con la decisión de la Corte Suprema.
Las píldoras anticonceptivas son las más comunes en Estados Unidos desde la década de 1960. Pero para obtenerlas se requiere de una receta médica, de tal manera que un médico pueda examinar a la paciente para verificar que no tenga alguna condición que eleve el riesgo de coágulos sanguíneos, un efecto secundario inusual pero peligroso de la píldora.
HRA Pharma, compañía francesa, ha entregado resultados de años de investigaciones a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) a fin de tratar de convencerla de que las mujeres pueden determinar por su cuenta si tienen esas condiciones.
“Para un producto que ha estado disponible los últimos 50 años, que ha sido usado sin problema por millones de mujeres, pensamos que es momento de hacerlo más disponible”, declaró Frederique Welgryn, jefe de estrategias de HRA.
La aprobación de la FDA vendría el año entrante y abarcaría únicamente a la píldora hecha por HRA, que se vendería bajo su nombre de marca original, Opill.
La compañía adquirió la píldora de Pfizer en 2014, pero por el momento no se vende en Estados Unidos.