Durante su conferencia “mañanera”, realizada el viernes en el marco de una gira por esta frontera, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador aseguró que es “un timbre de orgullo” que un senador republicano por Texas, Ted Cruz, haya criticado a su gobierno.
“Ahora que es un momento de transformación, la verdad es que es un timbre de orgullo que un senador como esta persona se lance en contra del Gobierno que represento, me llena de orgullo por lo que él representa, o sea, por lo que representamos”, dijo el mandatario en una mañana fría de febrero en las instalaciones militares en esta ciudad.
Insistió en que el hecho de que Cruz –uno de los paladines del conservadurismo estadounidense– lo cuestione es señal de que está haciendo las cosas bien.
“Pero si él me dice que estamos mal pues la verdad sí me produce orgullo. Y es normal que en un proceso democrático existan estas expresiones”, agregó López Obrador.
El miércoles por la tarde, a través de su cuenta de Twitter, el senador Cruz acusó a México de “socavar el imperio de la ley”, haciendo referencia a los recientes asesinatos de periodistas.
“El acelerado quiebre de las instituciones mexicanas y el imperio de la ley bajo López Obrador es una amenaza a la seguridad nacional de EU. Hoy presioné a la Administración sobre la necesidad de hacer más para detener y revertir esta tendencia mortal”, se lee en el tuit de Cruz.
Las declaraciones del senador texano provocaron una respuesta doble por parte de las autoridades mexicanas. Por una parte, la Embajada de México en Washington le envió una carta a Cruz en la que asegura que en su país –a diferencia de Estados Unidos– sí se aceptaron los resultados de la elección presidencial.
Por otra parte, AMLO insistió en su conferencia en calificar las declaraciones de Cruz como un indicador del descontento del político estadounidense con los logros de la llamada Cuarta Transformación.
“Es natural que este senador de Texas, que no está de acuerdo con nosotros, se exprese como lo hizo. Él está en contra de la política que estamos llevando a cabo a favor del pueblo de México y de los mexicanos que trabajan y viven honradamente en Estados Unidos… entonces es de esperarse”, dijo.
Duelo verbal
En una carta de respuesta a Cruz el viernes, el embajador mexicano en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, escribió: “Lo invito a estudiar lo que sucedió en nuestras elecciones federales en junio pasado. Todos los partidos políticos, sin excepción, aceptaron los resultados y siguieron adelante para reforzar nuestra democracia y libertad de expresión”.
Esa fue una referencia clara a las acciones del senador Cruz tras el asalto al Capitolio estadounidense el 6 de enero del 2021 por partidarios del presidente saliente Donald Trump, que dejó una secuela de varios muertos, centenares de procesos judiciales contra individuos y millones de dólares en daños a la propiedad.
Cruz fue uno de un puñado de senadores republicanos que continuaron promoviendo las afirmaciones falsas de Trump de que hubo un fraude electoral masivo, incluso tras el ataque y pese a los fallos en las cortes contra reiteradas impugnaciones. Cruz votó contra la certificación de los resultados electorales esa noche y ha dicho que no se arrepiente de ese voto.
Conexión mexicana
Cruz no es ajeno a controversias relacionadas con México.
El senador republicano fue criticado por viajar con su familia al balneario de Cancún en febrero del 2021 mientras millones de personas en Texas sufrían en viviendas sin calefacción tras una severa tormenta invernal en el estado.
Acortó su viaje luego que circularon en Internet imágenes de él esperando su vuelo a Cancún en un aeropuerto de Houston.
Millones de texanos se habían quedado sin calefacción y sin agua corriente, y al menos 40 murieron como resultado de la tormenta. Cruz dijo más adelante que el viaje fue un error.
Similares
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador también se ha negado a aceptar resultados electorales.
Cuando el conteo oficial mostró que había perdido la elección presidencial en el 2006 –aunque por un margen menor que el de Trump en el 2020–, arengó a sus partidarios para que bloquearan una céntrica avenida en la capital durante semanas, y realizó una ceremonia en la que juramentó como “presidente legítimo”.
López Obrador aceptó una derrota más clara en el 2012 y ganó fácilmente los comicios del 2018.