El gobierno debe mantener alejado al Ejército Mexicano de tareas que podrían ser susceptibles de señalamientos de corrupción como las obras públicas y que corresponden a los civiles, a fin de no dañar “la alta confianza” que esa entidad goza entre la población, consideró José Medina Mora, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
En México “no es deseable la militarización”. El Ejército debe estar enfocado a brindar seguridad entre la población, justo cuando el país se encuentra inmerso en altos niveles de violencia, consideró.
Las Fuerzas Armadas han desplegado 61,795 elementos para cumplir tareas ajenas a sus funciones principales, que es garantizar la seguridad interior, cuyos elementos serían indispensables en las operaciones de construcción de la paz en varias regiones del país.
Esa cifra es superior y contrasta con los 54,980 efectivos desplegados para tareas de seguridad distribuidos en el último año del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto y los 52,807 utilizados en la administración federal de Felipe Calderón, sostuvo el organismo privado.
Desde el sector patronal del país, resulta “inadecuado que por decisión del Ejecutivo se les sature (al Ejército) de tareas que les han impuesto y que provocan que se le distraiga de su misión fundamental de defender nuestra soberanía y garantizar la seguridad interior; sobre todo, cuando se ha alcanzado la alarmante cifra de 112,000 homicidios en 3 años del presente gobierno donde el Ejército podría ser un actor clave para la reducción de la violencia”.
El presidente de la Coparmex lamentó que las Fuerzas Armadas no sólo pasaron de encargarse de la seguridad nacional a realizar tareas de seguridad pública, y actualmente, por mandato presidencial realizan al menos 14 tareas que deberían estar en manos de autoridades civiles.
Entre ellas, enumeró, la construcción de obras emblemáticas (Aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, las 2,700 sucursales del Banco del Bienestar); la remodelación de 32 hospitales, la construcción de cuarteles de la Guardia Nacional, capacitación policial, el reparto de programas sociales, el apoyo a los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro; la distribución de medicinas; el control de puertos y aduanas; y en materia de seguridad: el combate al robo de hidrocarburos, la custodia de pipas, la vigilancia de las fronteras norte, sur y más.
El pasado 19 de febrero, el Ejército Mexicano celebró su día, por lo que la Coparmex destacó su principal aportación social, sin embargo, cuestionó su futuro, desde la perspectiva que la sociedad esperade las fuerzas armadas.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020 muestran que el Ejército y la Marina son las instituciones con el mayor nivel de confianza de la población, con 63.8%, seguidos de la Guardia Nacional con 60.5%, y del Instituto Nacional Electoral (INE) con 59.6%.
Por tanto, de acuerdo con una encuesta del sector privado, 8 de cada 10 mexicanos consideraron que corresponde al Ejército y la Marina llevar a cabo acciones de combate contra el crimen organizado, y además señalaron que ambas instituciones deben continuar con las labores de vigilancia.