Pese a la caída del 75 % del valor de las acciones chinas, los administradores de fondos dejaron de comprarlas. De acuerdo con los inversores consultados por Bloomberg, varios son los factores que derivaron en este fenómeno.
Uno de ellos es la preocupación de que las sanciones impuestas a Rusia por la operación militar en Ucrania alcancen a China. Así lo afirmó Jian Shi Cortesi, gestor de fondos de renta variable en GAM Investments, quien señaló que el cambio ocurrirá cuando se agoten los recibos de depósito de EE.UU. y la situación en Ucrania esté resuelta.
Entretanto, analistas del JP Morgan Chase & Co. se refirieron al riesgo de las regulaciones internas y al próximo Congreso del Partido Comunista Chino que deberá elegir si Xi Jinping continúa en la presidencia como otros motivos de preocupación, por lo que el pasado lunes 14 de febrero se rebajó la calificación de 28 acciones chinas que cotizan en EE.UU. y en Hong Kong.
Por último, los confinamientos impuestos a millones de personas ante los rebrotes de coronavirus en Shenzhen, un centro tecnológico cercano a Hong Kong, y en la provincia norteña de Jilin, también contribuyeron a generar desconfianza en el mercado.
«Es probable que los inversores exijan un largo período de calma antes de regresar en masa al país», manifestó Julien Lafargue, estratega jefe de mercado de Barclays Private Bank, quien agregó que «con tantos factores en juego que ejercen una presión renovada sobre los mercados de valores chinos, no es sorprendente ver que los activos locales tengan un rendimiento inferior al de muchos pares globales».
De igual manera se expresó John Plassard, director de Mirabaud & Cie., quien dijo que seguirán evitando las acciones de China ya que existen «demasiadas interrogantes».
Los títulos chinos alcanzaron su menor nivel desde julio de 2013. El Nasdaq Golden Dragon Index descendió 11,7 % el pasado lunes, generando una caída de 29 % en tres sesiones. Este retroceso se dio luego de que autoridades estadounidenses afirmaran que Rusia había pedido asistencia militar a Pekín, algo que fue negado por las autoridades chinas.