Una vez que en México y en el resto del mundo comienzan a normalizarse las clases presenciales en todos los niveles, luego de la última oleada de la pandemia de covid-19, especialistas de la UNAM afirmaron que la educación híbrida, es decir la combinación de clases a distancia y presenciales, debe perfeccionarse y mantenerse.
Los expertos coincidieron en señalar que la primera lección que deja la contingencia sanitaria es que las modalidades híbridas funcionan, pero para su permanencia se requieren destrezas digitales en diferentes dimensiones, las cuales se relacionan con lo cognitivo, procedimientos y actitud.
Por ello, es necesario revisar la normativa y disponibilidad tecnológica que las universidades ofrecen a docentes y estudiantes, consideraron expertos de México y América Latina reunidos por la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la UNAM.
El titular del Departamento de Planeación y Desarrollo Tecnológico de la DGTIC, Arturo Muñiz Colunga, destacó que una de las primeras reflexiones que se deben realizar en el currículo es si algunos temas se pueden impartir a distancia, “de forma sincrónica o asincrónicamente; con qué habilidades se cuenta y cuáles tienen los alumnos, así como la infraestructura disponible”.
Dijo que en la DGTIC se han hecho propuestas para el regreso a las aulas, el cual es un reto complejo, porque depende de cada institución, de sus lineamientos, las asignaturas y otros factores”, dijo el maestro en Desarrollo y Planeación de la Educación al participar en la Mesa de Discusión México-Argentina ¿Qué son las modalidades híbridas?.
“¿Qué hago ante la inminencia de una modalidad híbrida? Recomendamos tomar como base el plan de estudios previo a la pandemia, 99.9 por ciento estaban revisados y aprobados, hay que basarse en esos objetivos, además de analizar las propuestas en dos vertientes: qué temas se podrían impartir a distancia y cuáles de manera presencial”, planteó Muñiz Colunga.
Con él coincidió el experto de la Universidad Veracruzana, Rubén Edel Navarro, quien agregó que al transitar hacia un rediseño o resignificado de la currícula en las escuelas se debe considerar que los usuarios demandan un compromiso social importante y más vale estar preparados para responder con la calidad que exigirán.
Recordó que la telesecundaria es uno de los modelos híbridos que tienen varios años funcionando en nuestro país, en este caso más de cinco décadas, por lo que hablar del tema no es nuevo, pero la razón de ponerlos en primera línea fue la pandemia.
Para el especialista, “no le hemos tomado el pulso” a la mediación tecnológica para comprender de qué manera podemos sacar su mayor potencial.
Agregó que en las instituciones se piensa que al tener ciertos recursos tecnológicos, como una plataforma web, automáticamente se transforma en educación híbrida; nada más lejos que eso. “Es un gran avance, pero nos dimos cuenta que al final del día eso es solo un recurso”.
En tanto, la directora general del Centro de Innovación en Tecnología y Pedagogía de la Universidad de Buenos Aires, Silvia Alejandra Andreoli, destacó que Argentina enfrenta la transición a la postpandemia por lo que profesores y autoridades reflexionan sobre la permanencia de una educación híbrida.
“Primero apelando a la presencialidad, como en las prácticas más tradicionales, pero acá está pasando algo diferente, vemos de qué manera la práctica digital permea las prácticas de enseñanza y nos instala en un escenario de estabilidad”, comentó la especialista en educación preescolar.
La principal disyuntiva, abundó, es pensar en las interrelaciones como el rol entre el maestro y los educandos; es decir, en actividades que promuevan que el alumno participe activamente y generen narrativas interactivas.